Amor de mãe: ¿equívoco o capricho?


Por: Antón Vélez Bichkov ©

Amor de mãe tiene todo para ser un equívoco o un capricho.

Necesitada de promover nuevos autores a su horario estelar y de borrar la mala imagen que deja la exitosa, pero poco aplaudida Dona do pedaço, la Globo se mete en un campo pantanoso y trae a la Novela de las 9 un modo de decir que contrasta con todo lo que se ha visto en el espacio...*

Temáticamente, tienen puntos de contacto. Las atraviesa el amor de madre (de ahí el título).

Un tópico que ha generado millones de cuartillas.

Parecería que la trama anterior fue encargada para abrirle el camino a esta.

Pero hasta ahí.

La nueva historia viene salpicada con una perspectiva de serie y esta vez en serio.

¿Es lo que necesita el horario? ¿El género?

No lo creo. La trama de Walcyr Carrasco probó con creces que el novelón está vivito y coleando.

Y no será para complacer un puñado de gente resentida, con perspectiva equívoca que se necesita alterarlo.

Quien desee otra cosa, que vea cable. Que también está lleno de clichés.

Todos en inglés. Por eso nadie los emplaza. 

Lurdes busca empleo en casa de Vitória
Amor... empieza violando una regla del audiovisual moderno que es debutar con imágenes.

No se trata de un esteticismo gratuito. Tiene un fin. 

Si Ud., por casualidad aún se está acomodando en la luneta o le da el toque final a la cocina, tiene tiempo 'de gracia' para poder entrar de a lleno en una historia.

Colgándose de un recurso habitual en el cine y las series made in USA, se vale del método de la entrevista para presentar al personaje del pi al pa.

Evitando el didactismo que supone distribuir todo este contenido en bocadillos, se vuelve didáctico, pues enumera una serie de hechos que a la autora le interesa recalcar.

La entrevista, con una de las protagonistas en off, da el pie a la ardua historia de Lurdes (Regina Casé)

La premisa de hacer drama sin 'melo', se cumple en lo relativo al ambiente, pero no en cuanto a la música, subida de tono, exacerbada, con cuerdas y 'mandolinas', al principio y un sinfonismo trágico luego.

Claro, lo que viene es muy fuerte. Por más que estemos acostumbrados a verlo en la pantalla novelera.

José Luiz Villamarin, el director, lo anunció: «Me cuido mucho para no sobrecargar el melodrama, es necesario equilibrio».

El mito de la 'narrativa social' se impone, dignificando el argumento más viejo del culebrón: El derecho de nacer.

En menos de 10 minutos el padre vende textualmente al hijo de la heroína que a esa hora da a luz a un nuevo fruto del sertão...

Como todo se hace en ese canon del cine áspero del campo, que tanto prestigio intelectual goza en Brasil, parece que es 'algo diferente', que es la 'realidad'.

Pero, 'en realidad', no es más que un intento snob de barnizar un argumento sabroso, pero gastado.

Como la autora no se siente confortable (o no domina) el lenguaje del folletín, tiene que buscar atajos para despertar emociones en un público que puede estar condicionado, pero que responde casi por una predisposición genética a los resortes de la novela lacrimógena.

O que lo digan los chinos, los soviéticos y el resto del campo socialista que habían desterrado esa forma de contar durante décadas cuando La esclava Isaura los puso en el cepo de sus pasiones...

¿Pobres o animales?
En eso, Manuela Dias no pierde tiempo. No se pierde en sutilezas, ni en construir su historia.

Apoyándose en la 'concreción' del pensamiento agreste, se deshace con dos o tres frases... como se supone que sea de una explicación plausible.

«Era mucho niño chiquito pa' andar regado por la casa». 

«Cambié al niño por dinero. La mujer dijo que iba a llevar al niño para una familia rica de Río de Janeiro»

Si fuera en la novela anterior, lloverían las críticas.

El cielo se quedaría seco de toda la acidez que caería sobre Walcyr Carrasco.

Aquí, el veredicto será otro. Seguro estoy.

La actuación, exagerada, hasta volverse ridícula, juega con ese mismo estilo que corona Maria Bethânia con otro ejemplo de arte pseudo-popular: Onde estará o meu amor?

(y es pseudo, porque el propio pueblo no lo procesa, es folclor para las sensibilidades 'universitarias').

Como Dios cierra una puerta, pero abre una ventana, Lurdes encuentra una criatura que asume como suya y se va a Río a buscar al hijo.

«El destino me quito un hijo y Dios está dándome otro»
En otra movida poco elegante, si de guion hablamos, volvemos a la susodicha entrevista.

Vienen más datos. El celular ayuda a Lurdes a redondear su historia...

«Este es fulano, esta es mengana...». Todo claro. Para que nadie se pierda.

Ahora, una pregunta que nunca oímos fue:

¿Por qué la aspirante a nana debe caer en algo tan íntimo y doloroso como la pérdida de un hijo?

Cuando se va a buscar trabajo, algunos detalles sobran.

Más cuando se es pobre y marginado.

Para una revelación así, la relación patrona/empleada debía madurar mucho.

Y sólo cabría en un momento de honda compenetración o un adecuado dramatismo.

Es evidente, que a la mayoría se le escapó ese detalle. Por ello, el libreto les lució «perfecto».

Lucy Alves: tres tonos por arriba... 
El festival de antecedentes sigue cuando Vitória (Thaís Araújo) sale del off y empieza a explicar su parte: quiere tener un hijo, no ha podido y desea adoptar.

Gonzaguinha, sobre el cual hablaremos más adelante, entra con su desgarrador Explode coração.

Una de las grandes canciones del pentagrama brasileño.

En ello, va un tono, que se plantea la dirección.

De acuerdo con el status del autor y el tema.

Algo muy bien definido en la escala cultural del Brasil.

Que, a su vez, define los valores artísticos de un producto de ese tipo.

La 'justicia' es de quien la sepa 'inventar'...
Vuelven a motivos americanos en este relato brasileño.

Un juicio penal muestra a Vitória defendiendo 'lo indefendible'.

Entonces, en una especie de justicia poética/castigo al estilo de Mujer, casos de la vida real, un empujón de la madre del difunto, la hace perder al hijo.

No es la maldad manifiesta de una villano.

Son los villanos 'circunstanciales' que nos depara la vida.

Que pueden ser él/ella/tú/yo/nosotros mutuamente, según el momento y la hora.

Siguiendo el cliché de la heroína popular, Lurdes interviene en la historia de Thelma, la tercera protagonista, con griterías y aspavientos.

¡Incluso detiene un ómnibus en plena calle cuando ésta se desmaya!

Luego termina llevándola al hospital. Disculpen los spoilers, pero es imposible analizar, sin explicar.

Como toda mujer 'de pueblo' Lurdes es directa, abierta y abnegada.

Adriana Esteves con un personaje diferente
Para completar el desfile de desgracias: Thelma (Adriana Esteves) tiene un ¡aneurisma cerebral!

Sus chances de sobrevivir son escasos.

Pero ahí no para la cosa: Thelma quedó viuda en un fuego muy desgarrador.

Señores, esto es demasiado. Mucho para un cartucho.

¿Dramatismo o exageración?
Entre tanta tragedia, la parte que me partió el corazón, fue cuando a la altura del min. 37:44, entraron los famosos acordes de É, canción de Gonzaguinha, que ilustró tantas y tantas escenas populares de Vale todo.


Un tema icónico, con nombre y apellido que sólo cabe en una trama, porque es sinónimo de esta.

Marcando la distancia, es como tomar la música de El lago de los cisnes para hacer ¡otro ballet!

¡Y para colmo interrumpida sin elaboración, ni ceremonia, cuando en la pantalla aflora el logo que parece hecho en Word 97!

El episodio de estreno sólo tuvo un corte a comerciales.

Para no perder la costumbre, la segunda parte vuelve con escenas 'de pueblo'.

Con conflictos por dinero, discusiones domésticas, mezquindades...

Los ricos están fuera de foco.

Haciendo una 'gran concesión', ilustrando la vida en la favela, un personaje toca el hit de Leandro & Leonardo Pensa em mim, probando que hasta la música es clasista en ese Brasil de asimetrías.

Fruto del mismo cálculo, de esa necesidad de 'emocionar', nace la escena en que la recogida   agradece a la madre con un caldo de lágrimas y palabras exaltadas.

Como diría el poeta: «es de bien nacido ser agradecido».

Tampoco podía faltar Nuestra Señora Aparecida.

Como mismo le rezó la cenicienta de las siete, Lurdes le dedica un recital de oraciones... 

Señal de los tiempos. Devota y todo, Raquel nunca se encomendó a la Virgen, que no aparecía en escena. Ni en los hogares más humildes.

La única Virgen que se veía en las novelas de la Globo era una efigie muy brasileña de la Inmaculada Concepción. Los más fieles, seguro la recordarán...  

En los finales, cuando ya no queda corazón y el lagrimal perdió hasta la última gota, nuevos gritos, nueva irritación de una cámara en mano y un ambiente sombrío.

Esta novela no vino para quitar el estrés de la vida cotidiana. ¡Vino a estresarnos por partida triple!

Magno (Juliano Cazaré) se mete en camisa de once varas y deja el desenlace para el próximo capítulo, cuando la madre le demostrará de que en sus venas no corre agua.

En resumen: queriendo limpiar la imagen, promover un talento, proyectar el género hacia otra era... en su estreno, Amor de mãe resulta demasiado densa, abrumadora e incluso demagógica.

La falta de un villano, al menos en esta etapa, le impone un bombardeo de emociones que difícilmente se pueda mantener con esa intensidad y frecuencia durante muchos episodios.

Exprimir la lágrima a toda costa tiene su costo. Muy alto, a veces.

Vamos a ver cómo le fue en los ratings. Las redes fueron benévolas. Mas vale recordar que todo en la vida tiene su público y su claque (inclusive).

La palabra final la dirá mañana el Ibope y el resto de los meses, la gran audiencia...

Detalle curioso, por primera vez en la historia de las bandas sonoras habrá más de una canción de un mismo intérprete, según consta en el sitio oficial de la novela.

Leer más: Amor de mãe ¿Novela sin villano?

* Exceptuando Viejo río, una joyita audiovisual, cuyos perfiles estéticos e ideológicos se aproximan mucho a esta, pero sin decantarse por el lenguaje del seriado. 

12 comentarios

  1. A Dona do Pedaço também começou com uma cinematografia muito linda, mas, quando um personagem abriu a boca pela primeira vez, já se viu que era uma novela do Walcyr. O problema não é o didatismo. Os diálogos do Walcyr doem no ouvido. Eu costumo brincar que eles são escritos por uma "inteligência" artificial, pois parece que a Globo aperfeiçoou o algorítimo dramatúrgico antes que a Netflix.

    Eu não suporto novela que mendiga por prestígio. Geralmente, é sinal de que está compensando a falta de história. Eu achei que esse seria o caso de Amor de Mãe, mas pelos três capítulos já exibidos parece ser uma novela bem clássica. Poderia ser uma novela do Gilberto de 70/80. Água Viva, por exemplo, não tinha um grande vilão e tinha vários protagonistas, sendo até difícil escrever um resumo da trama. Outro dia assisti ao primeiro capítulo de Brilhante e a primeira cena (da entrevista) é bem parecida.

    Sobre essa entrevista, não entendi que a Lurdes tenha contado toda a sua história à Vitória, mas que as perguntas tenham a remetido ao passado. Por exemplo, ela não fala que o filho foi roubado, apenas que não foi criado com ela, e que ela matou o marido, mas que ele morreu do coração.

    Eu acho a música "É" saturada. Além de Vale Tudo, foi tema de abertura de uma novela da Record, Vidas em Jogo. Essa música não faz mais sentido num Brasil pós-Collor, muito menos num Brasil pós-Bolsonaro. Ou seja, a gente tem cara de panaca, jeito de babaca e está com a bunda exposta na janela. Tampouco combina com o título ou com o tema central da trama.

    Por fim, Amor de Mãe ganhou pontos comigo por não ter um início muito corrido, querendo aparentar ser cinema ou "série" (novela é série), já que isso é sempre sinal de que ou a história vai se esgotar muito cedo e teremos meses de "barriga", ou que a história do primeiro capítulo (ou primeiros capítulos) não tem nada a ver com a novela como um todo.

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    1. E por isso fui que disse tinha divórcio entre a estética e o conteúdo, querendo vender 'gato por lebre'.

      «Usando los ropajes del cine de autor nos pasan gato por liebre y transforman una obra mediana desde el punto de vista de dramaturgia y libreto, en un producto 'de exportación'.

      Con todo y eso, hay una inconsistencia estilística, notoria desde el principio mismo».

      Anos atrás, comentei - não lembro em que novela - que parecia escrita por um computador.

      Tal era o 'automatismo' do texto.

      Vejo que não só eu acho isso possível, hehehe

      Também vi uma pegada 'gilbertiana' (Dancin'Days). Até comentei no FB, em diálogo com um dos amigos que interagem por lá.

      Lurdes é como uma Júlia Matos. Mais viva. Mais ativa. Menos vulnerável, porém com os mesmos retos: 'recuperar um filho' e uma 'sociedade adversa'.

      Yolanda, por mais que a chamem de vilã, fez poucas vilanias.

      Inclusive, hoje, adivinhei outros traços 'gilbertianos', no diálogo do 'Murilo Benício' sobre 'Páscoa'???

      Nem lembro mais.

      O personagem descrevia 'seu universo', com detalhe que só interessa aos 'sociólogos'.

      Era esse estilo 'filosofante' que começou a aflorar com ele (a Janete era mais Walcyr - direta e enfocada no relato).

      Algo que não vimos em A dona do pedaço

      (se bem, houve cenas que comentei no FB, que faziam enfoque da vida cotidiana de São Paulo, cujos detalhes se mostraram com bastante perícia).

      Quanto a entrevista, acho que foi um jeito torpe de introduzir o assunto.

      Se começasse com um flash-back, breve, forte... em que se dá um antecedente e ela 'acorda' interpelada pela empregadora, ok...

      Até que podia ser.

      «Sempre penso nele».

      Mas se ela não foi falar no assunto, porque é que sai à toa?!

      (continua)

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    2. Quanto à canção do Gonzaguinha acho que faz parte de toda essa DEMAGOGIA-ambiente.

      Que está em Lurdes, está em Thelma, está em Vitória, está nos filhos, está no tom, está em Murilo, está EM TUDO.

      Por isso, mesmo estando fora de era e contexto, eles a escolheram quebrando a perfeição formal que deveria visar por uma singularidade e estabelecer seus próprios paradigmas

      (a abertura da Record, francamente, 'ni pinta, ni da color', como diríamos em espanhol).

      Quanto a novela ser 'série', discordo.

      Formalmente sim: uma novela é um programa seriado. No entanto, a nível de linguagem há muitas diferenças.

      Há estruturas viáveis em um caso e inoperante em outro.

      Desde a aparição a novela foi o 'gênero perfeito' (tanto em rádio, quanto em TV), pois tinha um público cativo diário x X meses.

      A familiaridade que desenvolver é mais intensa.

      A narração 'em extenso' é diferente à narrativa 'em intenso'.

      Mesmo, quando essa narrativa, como descrevi no tópico das séries é altamente esquematizada e cheia de clichês.

      A estrutura de Justiça (com o fatum como responsável pela ação) vale pois apresenta um caso por semana/por capítulo.

      Que cria outro tipo de identificação ou interesse.

      Na novela podem se aplicar fórmulas desse tipo.

      Mas geralmente tem a ver com micro-tramas/situações.

      Ou seja, como se administra o conteúdo, não como se conta.

      Aqui, evidentemente, vem uma subversão dos valores dramatúrgicos de uma linguagem que você não precisa encarar se não se sente à vontade com ela.

      Na era de um GB, quando ninguém queria escrever novela... foi o azar ou a providência!

      Hoje, quando Novela das 9 é um PRÊMIO, você precisa ir em sua busca...

      Entrar na emissora. Superar a concorrência. Vencer os burocratas.

      Se não é por uma paixão pelo veículo é sinal de que se está sendo mercenário!

      O começo, eu achei muito SATURADO.

      Tampouco busco 'séries' ou 'cinema' no horário.

      Me perdi um pouco no ditame final... você curtiu, gostou dos ares de cinema e tal 'já que isso é sempre sinal de que ou a história vai se esgotar muito cedo e teremos meses de "barriga"'???

      O meu é que sim: por bem estruturada que esteja a sinopse, não dá pra projetar um mastodonte desses com pequenos-grandes dramas.

      Se bem, hoje houve sinais de vilania nesse irmã que quase 'deixa morrer' a Thelma...

      Ainda assim, é pouco demais. Peccata minuto. Uma referência muito textual ao sofrimento cotidiano que é, por definição, o alvo principal de evasão nesses produtos.

      Em novela sufrimento é ALEGÓRICO. As pessoas sufrem COM... não POR...

      Pro último lhes basta a vida! que é bastante porca.

      Como sempre um prazer tê-lo por aqui!



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    3. Desculpa pelos erros, mas é um pouco tarde já e falei muito (pra variar) hehehe Me lembrei dos 'velhos tempos'.

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    4. Já entendi o final... só que essa novela sim deu um jeito parecer filme/série... por isso não captava o sentido...

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    5. Eu estou planejando escrever um artigo (talvez para um futuro blog) sobre como algumas novelas aceleram tanto as tramas no início para emular a grife das séries (como antes tentavam a do cinema) que acabam não podendo fazer nada o restante da novela senão a história acaba, ou acabam transformando-a numa outra novela. Por exemplo: Babilônia, as duas vilãs acabaram se tornando aliadas, já que, caso contrário, o grande segredo da novela seria revelado; Segundo Sol virou a história da família de Laureta e de seu bordel; quase toda novela do Walcyr, incluindo A Dona do Pedaço.

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    6. Mas o caso de Babilônia foi muito fortuito.

      O 'ritmo de série' (aspas) só foi no capítulo inicial.

      Redondo. Se me pergunta.

      Mas a partir daí caiu num marasmo e uma bobagem.

      Simplesmente, porque a base da novela era ruim e quem a conduzia não tinha sentido narrativo, nem sequer o entusiasmo pelo veículo.

      O que dá sinais. Óbvios.

      Segundo sol também tinha algo parecido.

      Só que aqui a 'velocidade' durou um pouco mais...

      Se algo vem acontecendo nas novelas da Globo é a BARRIGA DE INÍCIO.

      Como a trama não rende e estão tateando pra ver o que dá certo...

      (AS, MC, etc.)

      Depois de identificados os 'sucessos' e 'defeitos' puxam por esse lado.

      SJ, AFdoQ, tiveram idêntico problema, tanto que na América Latina a segunda naufragou, pelo começo tíbio.

      Aí não existe o fator costume/monopólio pra ficar 'esperando' que a novela 'melhore'.

      Afinal, esse mito do 'ritmo do cinema/série' é isso.

      Não sei se vc leu o meu artigo 'Series vs. novelas', mas as séries tampouco são tão 'ráaaaapidas' assim.

      Ontem estava assistindo Empire e era pura técnica. Não tinha uma narrativa trepidante.

      Uma história que precise de anos pra desenvolver uma anedota não é exemplo de dramaturgia!

      O tom de 'seriado' de Amor de mãe não está, precisamente, no 'ritmo', mas no enfoque.

      E falamos em série 'made in Brasil'.

      Que sua voz bebe no cinema desse cunho...

      Cidade de Deus (ótima por sinal) e semelhantes...

      Em que os horrores predominam e as emoções tem verniz demagógico, por essa cobrança esteticista daqueles que não assistem novelas.

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    7. Então, no início das novelas, alguns autores acharam por bem imprimir o ritmo do cinema nas novelas. Como a história sempre acabava se esgotando, eles foram aprendendo que o ritmo de novela é outro, inclusive podendo ser mais realista que o do cinema.

      Mas agora chegaram a HBO, a Netflix etc. com o que os americanos chamam de limited series, que basicamente são filmes esticados em 10 horas, com orçamento de cinema e tempo de produção de cinema, mas vendidos como série. Isso acontece porque os downloads ilegais inviabilizaram o cinema que não seja a super-produção quase sempre de super-herói.

      Os autores de novela, que por regra não gostam de consumir novela, acham que estamos vivendo na era de ouro da TV, quando na verdade é a era das trevas do cinema, e acabam cometendo o mesmo erro dos primeiros novelistas.

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    8. Não acho que essa fosse a tendência original, visto que a telenovela ela filha da rádio, em que já existia um sentido narrativo muito firme e que se copiou nos primeiros folhetins de TV.

      Tanto, que a TELEnovela clássica, foi na verdade uma RADIOnovela com imagens longo tempo.

      Benedito Ruy Barbosa ainda conserva muito traços desse modelo.

      Na América Latina nem se diga.

      A maioria dos primeiros roteiros foram inspirados/copiados ou versionados de originais radiofônicos.

      Nesses originais tinha muito papo e pouca ação.

      Nem sequer as séries que, já então eram 'cinema', parcelado, 'imitaram' os telões

      (se bem o cinema também foi lento durante muitos, muitíssimos anos... você vê um filme dos anos 70 e até que entende a lentidão de DD e alguns padrões visuais).

      As séries eram 'cinema', pois eram feitas pelos estúdios (o lobby de Hollywood bloqueou a produção das redes).

      Ainda, já existiam no outro formato. O único que fizeram foi parti-las em blocos para inserir publicidade.

      E mesmo assim... acho que tinha anúncios nas sessões (só que não sei se antes, durante o depois).

      Não podiam emular cinema, pois se faziam ao vivo, em estúdio, alternando dias e com duração limitada.

      Issoe impõe uma maneira própria de fazer e dizer.

      Quem primeiro 'entendeu' a novela de jeito diferente foi Bráulio Pedroso com Beto Rockefeller.

      Mas foi dentro das 'limitações' do veículo que permaneceram intactas até que a Janete Clair foi criando o padrão global.

      Com 'apoio'/'estímulo' do Daniel Filho a outros que sim podiam ver no cinema uma respostas.

      O referente direto dessa etapa era teatro, não à toa contrataram (cooptaram) vários autores teatrais que volcaram sua experimentação no horário das dez.

      Era sua experiência e sua busca estética.

      Por falar nisso, o estilo de Amor de Mãe lembra muito de Pecado capital.

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    9. O erro - sem aspas - da autora é querer usar uma estrutura inoperante substituindo uma muito operativa.

      Tanto que tem que abusar... já não sei quantas manchetes de 'fulana faz barraco' vi em relação a Amor de mãe.

      A única maneira de ela conseguir ação é indo à violência explícita (já sejam tiros, brigas, choques, etc.)

      Eu não sei as pessoas que estão curtindo essa novela.

      Não vi ainda as eternas ladainhas que viamos em épocas de PT, DC, Pass, IC, etc.:

      «essa novela tá cheia de maldadade... todo mundo é ruim» etc.

      De fato, eu acho que eram campanhas (com trolls e semelhantes).

      Aqui existe uma rara 'unanimidade', que também pode ser planejada.

      Porque é IMPOSSÍVEL que numa época como a atual, as pessoas prefiram a tortura da vida cotidiana de forma textual noite após noite.

      Na novela o sofrimento é ALEGÓRICO. Mas isso acho que já falei.

      Algumas coisas tinham que ser idênticas ou muito parecidas ao dia-a-dia, mas pra garantir o lado 'demagógico' de 'como a vida mesma'.

      Que foi lema de muitas produções de rádio.

      Mas a frustração existencial se canalizava por meio dos desafios amorosos da mocinha...

      Aqui não tem alegoria. Essa novela não permite sonhar. E se não permite, não é novela. É um programa novelado. Como, por sinal, era AB.

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  2. Quando eu falo em "emular o cinema" é sempre relacionado a mania de editar, cortar e ir o mais direto ao ponto possível que o cinema tem, e que não é saudável nem ao próprio cinema. Quem escreveu sobre essa tendência nas novelas foi o falecido escritor e novelista Marcos Rey no livro O Roteirista Profissional. Em relação aos quesitos que chamamos de "técnicos" das novelas, eu acho curioso que, mesmo na época de Água Viva, em que a cenografia não conseguia diferenciar o dia da noite, ainda assim "parece cinema" era um elogio que faziam ao Gilberto.

    Eu acho que os produtores de audiovisual (como a Globo e os estúdios de Hollywood) têm a mania de colocar a culpa dos seus fracassos nas partes e não na soma das partes. A novela (ou filme) fracassa por causa da violência, do realismo ou fantasia, da homossexualidade ou da religião. Não é que a novela seja ruim, ela não pode ser ruim. Aqui no Brasil, certos grupos religiosos gostam de levar a culpa (e a Globo gosta de culpá-los) pelos fracassos de novelas, mas a verdade é que novela e filme de Hollywood são produtos muito mainstream para serem boicotados.

    Dessa forma, Walcyr meio que virou um salvo conduto para esse debate. Não fica mais adequado culpar violência, sexo, LGBTs e prostituição pelo fracasso de uma novela (pelo menos sem questionar a narrativa como um todo e a qualidade do roteirista), sendo que Carrasco usa e abusa desses temas.

    A Internet não é um termômetro ideal para o sucesso. Ela quase sempre aclama novelas em seus primeiros capítulos e às vezes programas de pouca audiência. Eu acho que Amor de Mãe está tendo uma audiência aceitável para uma estreia em dezembro.

    Pra mim, Amor de Mãe é uma novela ok, boa, não maravilhosa, com certeza inferior a Bom Sucesso. Eu esperava que ela fosse prepotente, sabe, que fosse querer fazer um recorte da moral brasileira, mas está parecendo ser uma novela clássica, para não dizer comum. Ela toca em certos temas espinhosos que parece que ela não vai se aprofundar, mas ao mesmo tempo eu sinto que os personagens têm personalidade, foram bem delineados. Falta sonho? Tem o sonho da mãe pobre ver o filho formado na faculdade, o sonho de ser mãe, o sonho da moça pobre de conquistar um milionário. As coisas que eu não gosto: a direção chama muito a atenção para si; cenário sem boca de cena vai deixar a geografia da cena confusa quando as filmagens se acelerarem; e eu acho que uma novela deve dar ao telespectador a possibilidade assisti-la comendo, e cena de violência doméstica explícita me embrulha o estômago.

    Chegou-se a conclusão de que as novelas da Record podem mostrar a barbaridade que for que vão estar amparadas e legitimadas pela Bíblia e por Deus. Sendo que o amor, principalmente na ficção, se tornou a versão secular de "Deus", eu acho que esses temas espinhos estão sendo digeridos por estarem embalados pelo amor de mãe. Se a gente prestar atenção na música da abertura da novela, temos uma pista de que o amor de mãe não é bem o tema da novela, é só uma embalagem.

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    1. Entendo. A 'elipse' que faz o cinema mais 'direto' e 'enxuto' do ponto de vista narrativo (desde que seja direto e enxuto).

      Uma coisa rara, realmente, pois novela tem que mostrar TUDO. E deve ter sido nessa era de 'experimentação' dos canais paulistas.

      É o que garante a duração. Indo ao ponto as novelas acabam na hora.

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