Por: Antón Vélez Bichkov ©
Sucedió de nuevo: la
pluma maldita de la Globo, el niño mimado de los públicos, Walcyr Carrasco, vuelve a reinar en el horario estelar.
A dona do pedaço, actual novela de las 9, ha marcado audiencias astronómicas que en cifras del año 2000 equivaldrían a ¡75 puntos!
Sería irreverente, casi una profanación compararlo con La Maga. Pero hay varios puntos de contacto entre Janete Clair, la dueña absoluta de los ratings y él, que va camino a serlo.
El primero es la tempestuosa relación con la crítica.
La muerte la colocó en un altar. Pero mucho que ardió en el infierno de los especialistas... que nunca economizaron verbos para emplazarla.
Con Carrasco, la prensa
— de la que formó parte un día
— siempre tiene listo el regaño... Muchos de ellos merecidos. Y otros tantos escritos en piloto automático y con programada antipatía.
Brasil es un país de etiquetas y basta con ganarse una para quedar marcado de por vida.
En su caso, como muchos otros, es chic, parte de la expectativa social, hablar pestes del creador y sus criaturas.
Como la Clair, Carrasco, produce y produce, contrario a sus colegas que se toman vacaciones cada vez más espaciadas.
Obvio, que son los nueve meses más tensos de la vida. 40 cuartillas de texto por día. Más todas las funciones 'burocráticas'.
Con su rutina de escaletas y distribución de escenas, el titular de hoy es un administrador de la escritura.
Un ser cansado. Casi mercenario, que sólo busca cubrir su turno y si es posible con buen rating.
Si no sucede... paciencia. Otra vez será. Al final, ahí está el currículum, la fama acumulada y la Globo siempre gana. Incluso, cuando a ojos vista pierde...
Pocos, casi nadie, escriben solos. Como lo hacía ella. Como lo hacía él mismo hasta hace poco.
Pero el autor encara este
suplicio con un espíritu envidiable. Ha estado a las 6, a las 7, a las 11, a las 9... incluso en horario infantil, con
El rancho del pájaro amarillo.
Y lo que es más importante: con pausas que en el presente se creen imposibles, pues
— como dije
— la mente y el talento deben descansar...
Hay muchas cosas que ver en París o Nueva York para
ponerse a escribir novelas...
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(foto: Tudo isto é TV) |
Diría que es ese espíritu que lo empuja al éxito. Un cóctel de pasión y profesionalismo que consigue el milagro de la audiencia.
Quizás no llore como Janete cuando veía sus capítulos. Pero tampoco sufre como lo hacen sus compadres cuando elaboran un libreto.
De hecho, según dice, los escribe en cuatro horas, un récord para cualquiera que trabaje con el habla.
Tal velocidad no deja que aflore el sentido crítico. Lo suyo es teclear. Potenciar la eficiencia.
Como todo brujo, tiene sus trucos. Algunos, parecen 'magia'...
Pero la mayoría nace de esa intimidad tan rara que tiene con el melodrama.
Como Janete Clair, Carrasco sabe lo que
da novela y no tiene miedo a explotarlo.
La fabricante de sueños, como la bautizó Artur Xexéu, tampoco se obcecaba con el acabado psicológico de sus obras. Tenía otro foco.
Según G. Braga, su nivel de auto-exigencia era proporcional a su repertorio menos rebuscado.
La narrativa de la Clair era directa, sin demasiadas inflexiones ocultas. Todo estaba ahí.
Eso no implica que no hubiera buenas dosis de osadía. Pero ella comunicaba desde la sencillez.
Un apellido que le cabe a Carrasco, cuyos textos a veces hieren el oído, pero sin duda llegan.
Ya lo dijo Elizabeth Savalla, actriz-fetiche de los dos:
«Él tiene una 'carpintería' fantástica. No es prolijo. Al contrario: las escenas son cortas y él no tiene miedo del sueño, de la fantasía, en lo que también me recuerda a Janete Clair». (
24/12/2005)
A buen entendedor... con pocas palabras basta.
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Filosofía... de supermercado |
Como cualquiera, tanto Janete, como Walcyr tuvieron sus bajas. Los últimos años de La Maga no fueron los mejores. Ya no entendía al público, que encontró en Gilberto Braga
— pupilo y heredero — un sucedáneo más moderno. Carrasco se las vio negras con
A padroeira (novela no exportada) y
Siete pecados (la única que se salió de su esquema). Pero el aura infalible les queda.
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El otro lado del paraíso - un éxito que recorre las Américas |
Obvio, que la productividad impone límites. Sólo los genios generan sin repetirse.
Tampoco es que el resto de los autores se esmere demasiado para renovarse. La mayoría ha caído en una indecente secuencia de auto-plagios, que incluye los cliché establecidos y los suyos propios
Carrasco no tiene escrúpulos. Tiene ínfulas. Como todos los que crean. Pero, que yo sepa, no pretende entrar en la Academia brasileña de letras.
Su universo, según denuncian sus
twits, es básico.
A menos que sea un 'ego lírico', una cara mediática, para ocultar la verdadera, él vibra en una cuerda muy próxima a aquellos a los que escribe.
Por eso resulta muy potable para la masa e indigno para quien, incluso en la novela, apuesta por una escritura menos rasa.
Un copycat que ha llevado el oficio de reproducir a un escalón tan alto que ya clasifica como 'talento'.
El principal mérito de
A dona do pedaço sería la habilidad con que se han engranado sus partes.
Tras un comienzo confuso, con un preludio áspero que disonaba con la banalidad que se veía en el resto de la trama, la historia no ha hecho más que crecer.
Había en el pastel
demasiados ingredientes. Cada núcleo podía generar una telenovela a parte.
Entonces, su adorno más visible era
el retrato de usos y costumbres de São Paulo, en una veta sociológica más digna del mencionado Gilberto Braga.
La Nueva York del sur aparecía en el más íntimo detalle de las conversaciones y comportamientos.
Pero su foco no quedaba claro. Hasta que no cuajara no se podría ver a dónde iba.
Y sucedió. Todos los caminos se juntaron en Roma. El guionista sembró y ahora cosecha sus frutos.
Carrasco,
no es Aguinaldo Silva, que ahorra trama. Como la tiene calculada no teme soltar los perros, ni que la fatiga lo muerda.
Algo parecido sucedió en
Rastros de mentiras, que fue alternando etapas con fluidez y en un constante
crecendo.
La suerte lo acompaña y salvo los ajustes puntuales, no tiene que correr demasiado los ejes de sus series.
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«La novela no respeta la inteligencia del público» - dicen |
Resalta, la habilidad con que integró a Fabiana, malvada secundaria que causaba estragos en la subtrama de Vivi Guedes y ahora está en la línea central.
Hace tiempo no sentía placer viendo a una villana y aquí, sin dudas, el mérito es de Nathália Dill.
Josiane — la hija desalmada — es de estilo antipático. Gritona, humillante, sin encanto...
Para colmo, el carisma de la heroína es tan grande que es inevitable que todos la odiemos (aunque sus motivaciones no resultan tan anormales e imposibles, como afirma la mayoría).
La
pastelera Maria da Paz prueba una vez más la fuerza del arquetipo de la madre abnegada y auto-superada (Raquel, Maria do Carmo 1, Maria do Carmo 2,
Pereirón...).
Lo que lo vuelve el formato más exitoso de telenovela en Brasil (en el modelo mexicano sería
El derecho de nacer).
No hay nada más fuerte para el
pueblo que ver a la heroína vendiendo pasteles en plena calle después de haber sido millonaria.
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Pareja ardiente... |
Con Fabi, sin embargo, no me pasa igual.
La sobrina ignorada de Maria da Paz, de niña se pierde en las calles de una ciudad y termina en un convento, donde — según parece — le dieron un entrenamiento de espía. Sus uñas, cada vez más largas, fueron apareciendo desde la retaguardia y ahora amenazan a la propia Maria...
Su
química con Caio Castro (Rock) fue uno de los puntos altos del principio.
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La química hecha pareja... |
Pero si algo se ha robado el corazón de los brasileños es la pareja de Vivi y Chiclete. Paolla de Oliveira y Sérgio Guizé sueltan chispas en la pantalla y a pesar de los enredos — algunos que retan la inteligencia — sus
amores perros tienen un espacio en la galería de las
Grandes parejas románticas.
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Entre la comedia y la farsa... el portugués 'no percibía' que Britney era trans... |
En este caso el
merchandising social está menos inflado que
En el otro lado del paraíso, en que se le acusó de prestar flacos servicios a la discusión de temas polémicos como racismo, homosexualidad, pedofilia e incluso el enanismo.
El único asunto espinoso a la vista — el de la trans — no causa muertos, ni heridos.
Hubo un ensayo de polémica cuando trascendió que Silvio de Abreu, jefe de la dramaturgia novelada, le impuso un tono menos ofensivo a la
reciente revelación de su sexo real.
No obstante a ello, el tratamiento — muy orientado a la comedia — no es abiertamente transfóbico, ni perjudica la imagen del personaje, por primera vez interpretado por un transexual real (Glamour Garcia). Recordemos que la Ivana de
Querer sin límites era una muchacha hetero.
Me atrevería a decir que el autor repetirá la proeza que consiguió con Félix, el primer villano gay, que no sólo fue aceptado, sino que se volvió el
héroe de la historia. Ahora va a conseguir que apoyemos la pareja del portugués Abel (Pedro Carvalho, magnífico en el papel) y la trans.
La superficialidad de que lo acusan, quizás sea su mejor receta para empezar a curar los prejuicios...
El otro asunto de interés 'social' es la compra de seguidores en las redes sociales. Es el
book rosa del momento.
Ayer supimos que la última tendencia es comprar comentarios ('inteligencia artificial', que según diría el poeta, sólo dice sí).
Parece increíble, pero ya hay robots que se dedican a ensalzar lo que se le ponga delante. Incluso algunos
grandes — según Walcyr — sucumben ante la argucia y toman ese atajo hacia la fama...
El humor, nuevamente trae a Marco Nanini y Rosi Campos (
¡Qué vida buena!) y agrega un cast de lujo con Betty Faria, Tonico Pereira, Suelly Franco, junto al ya habitual Ary Fontoura.
Pocas, pero buenas son las intervenciones de este núcleo. Sobre todo Nanini, que está soberbio en su rol.
Otra que brilla en la nómima es Mónica Iozzi (Kim), cuya pareja con Anderson di Rizzi (Márcio), aporta grandes momentos de simpatía.
Ya apareció el 'puerquito de Walcyr'. ¡Todas sus novelas, tienen una mascota-oreja!
De su estilo, lo único que no hemos vistos son los
tortazos. Pese a que tortas es lo que se sobra. Al final, uno de los escenarios principales es una pastelería, donde abundan los dulces y el merengue.
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¿Creada o amasada? |
Criticadísima por los fans más recalcitrantes y por algunos especialistas, A dona... trae una innovación casi imperceptible de lenguaje que supera otros modos de narrar y tratar tenidos como
osados (nominalmente, los de Manoel Carlos, cuyas
Mujeres apasionadas se tiene en un sitial, siendo una novela convencionalísima, incluso retrógrada, como casi todo lo que escribió).
Ya tuvimos pruebas cuando Agno no sólo
neutraliza el chantaje de Fabiana, sino que le dice que le quitará el novio.También en su
salida del clóset. Muy naturales y al mismo tiempo realistas son las escenas que incluyen los núcleos femeninos del relato. Detalles aquí en nuestro
Facebook.
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La simpleza como 'talento' |
Quien dice que su material es desechable, exagera.
El novelero nato se conoce al dedillo las principales líneas y secuencias y sabe identificarlas.
Carrasco consigue hacer escenas
novedosas que tal vez no se inscriban en las páginas doradas de la dramaturgia, pero sí constituyen un paso de avance en el escalafón televisivo.
El mérito de una telenovela es hacer más o menos la misma historia, pareciendo que es algo nuevo.
También ser imprevisible, sin que deje de traicionar nuestra 'intuición'.
Al público le gusta 'adivinar' lo que está por venir. Y más le gusta que se cumpla su expectativa. Hacer un juego que reconcilie ambos lados, ayuda al éxito.
Walcyr está lográndolo. Incluso, cuando los diálogos siguen sin ese gran vuelo, no se les puede negar una autenticidad, que es parte de ese 'nuevo lenguaje'.
¿Cómo hablaría la gente si fuera a decir eso? Si es así y no es irritantemente telegráfico, entonces está bien escrito. Digan lo que digan los 'huérfanos del paraíso'.
Los defectos. Es fuerte, sí, pero también es muy artificial el conflicto de Chiclete que, sin saberlo, fue contratado para matar a la mujer de
la cual se enamoraría como un loco.
Carrasco creó un tonto equívoco en que el matón se confunde y piensa que la víctima es Kim.
Mas llega el momento de la verdad y el padre de la chica, muerta por
culpa de Otávio, padre adoptivo de Vivi, ¡le exige resultados! El trabajo
está pago y el honor no se vende.
Su corazón se parte en dos por la
dura tarea que le toca hacer. Pregunta: ¿y no puede matar al mandante?
Hasta ahora, Ricardo, como consta en su DNI, no ha mostrado escrúpulos
para disparar...
¿Por qué sufrir por gusto? ¡Muerto el perro, se acabó la
rabia!
Sin atisbo de vergüenza, el autor trae la tercera redención seguida, inaugurada por Félix, seguida por Gael y ahora con Régis que tras desfalcar a Maria y recibir un tiro de ella, descubre que ¡la ama!
Hay poco desarrollo de la línea romántica con Amadeo (Marcos Palmeira) que, se supone, sea el galán y par amoroso de
La pastelera.
Así, difícil que alguien se divida entre Palmeira y Reinaldo Gianecchini. Si es la idea futura.
En el plano formal
A dona do pedaço tiene la peor escenografía
ever y
un banda sonora cargada de temas en inglés.
La puesta, no tiene momentos descollantes y responde al planteamiento estético que se impuso: una producción meridiana, sin complicaciones y totalmente inteligible (a nivel temático y visual).
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Reverencia... ¿auténtica o calculada? |
En días recientes, Antero como un don Rafael del Junco sufre un ACV y
pierde la memoria, siendo quien conoce dónde está el documento que le
permite a Maria recuperar sus propiedades.
Delicioso recurso que, al menos a mí, no me cansa... siempre y cuando se use bien.
Al final, la telenovela no debe respetar la inteligencia, sino estimular la emoción.
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Los hermanos Coraje... el primer gran éxito de Janete Clair y la TV Globo |