Series vs. telenovelas


Por: Antón Vélez Bichkov ©


Las series existen desde que nació la televisión. Incluso antes. Nuestros abuelos las veían en el cine, cuyas tandas de domingo incluían dos largos, un noticiero de 10-15 minutos y un episodio de aventuras.

Sin embargo, la fiebre del seriado es reciente. Me atrevo a decir que nació con el download que abrió a millones de jóvenes la puerta a un consumo personalizado y más independiente. 

Si antes, el número de series dependía de la capacidad de compra de los programadores locales, hoy es casi infinito, ya que está a la distancia de un clic.

La moda de las series ha traído un contrapunteo artificial e improcedente con la telenovela que fue, durante décadas, el género por excelencia de las televisoras latinoamericanas.

La crítica, a veces ácida, de los fans de las primeras, se apuntala en la presunta calidad de unas, en detrimento de los defectos insalvables de las otras.

Ahora, ¿han mirado Uds. las series con la lupa que se mira el culebrón?

¿Serán tan perfectas como los detractores del folletín suponen?

Veamos: (para el análisis utilizamos como referente el seriado made in USA, el más difundido y dominante en el mundo)

Las series

    - Son infinitas;
    - Duran años, a veces décadas;
    - Por lo general, traicionan la premisa inicial;
    - Tienen finales de temporada engañosos;
    - Hay que esperar tres o más meses para descubrir su desenlace;
    - Estos no siempre responden a la expectativa del público;
    - Muchas veces decepcionan;
    - Pueden cambiar de una temporada a otra por bajas en el equipo o adaptaciones estratégicas;
    - Si dan la talla, explotan la fórmula hasta el cansancio;
    - Incluso la clonan, creando un spin-off;
    - Spin-off facsimilar o de una línea o personaje en específico;
    - Cuando no, se afilian a la narrativa novelera con tramas de continuidad;
    - Tarde o temprano, toda serie se vuelve un culebrón;
    - El personaje central o más carismático empieza a enfrentar un problema que se prolonga mientras rinda;
    - La solución del problema se posterga (cada vez que el personaje está por llegar, su objetivo se aleja más);
    - Es el único modo de mantener los ratings;
    - Por esencia, son mecánicas;
    - Todas tienen un capítulo cero;
    - El capítulo cero es la estructura fija que yace en todos sus episodios;
    - El capítulo cero nace de una dramaturgia establecida;
    - Dramaturgia que se aplica a todas; 
    - Desde las sitcoms hasta los dramas médicos;
    - Hay dos líneas de trabajo: una principal y otra secundaria;  
    - Las líneas se entretejen a conveniencia de la trama;
    - Cada episodio tiene un teaser, cuatro bloques y un desenlace;
    - El teaser debe ser fulminante; el desenlace, breve, lo más breve posible;
    - En el teaser se plantea la pauta, la cual se desarrolla en el día;
    - Con excepción de episodios dobles o triples;
    - La pauta es una idea que le sirve de leitmotiv al autor y lo ayuda a perfilar el relato;
    - Cada nuevo corte trae una progresión dramática;
    - O sea: la trama avanza hacia el fin fijado en el primer bloque;
    - Como se debe presentar en cada episodio, la serie lleva mucha información;
    - La información es lo que es lo realmente domina su tiempo;
    - Hay, si nos fijamos, menos acción, que datos;
    - Pero la técnica antes descrita lo enmascara y da la sensación de rapidez y avance dramático;
    - Su emisión semanal lo propicia y obliga a ello;
    - Aun así, lleva seis meses emitir 22 ó menos episodios;
    - En tiempo muerto se repiten episodios;
    - El tiempo muerto va de mayo a septiembre; 
    - Todas tienen su capítulo de Halloween, Día de acción de gracias, Navidad, Pascua, Día de la independencia;
    - El capítulo de amor, de humor, de melodrama o denuncia social;
    - Ya es norma que todos tengan un clímax acompañado de un tema musical;
    - Independientemente de la productora o el género que puede ser (en orden de ‘antigüedad’): policíacas, de vaqueros, jurídicas, espaciales, médicas, históricas, juveniles, periodísticas, forenses, fantásticas, de vampiros y largo etcétera;
    - Estas tienen subgéneros, con cliché propios establecidos;
    (por ejemplo: en las forenses, el especialista copa la atención por encima del policía y ya sea criminalista, legista o perfilador, asume el protagónico de la investigación, que en la realidad le toca al detective);
    - La variedad temática roza el absurdo y se debe a la gran segmentación del mercado; no a una virtud innata del soporte;
    - Como se trabajan por targets (segmentos de consumidores) puede darse el lujo de romper cánones, hacer narrativa de nicho y explorar combinaciones poco usuales;
    - Esto da la sensación de avance o variedad temática;
    - La variedad conduce a un alto grado de especialización;
    - La especialización deja una marca en libretos y personajes;
    - Los primeros, subidos de tono, llenos de diálogos rebuscados y textos que necesitan acomodar con la mayor eficiencia el grueso de sus datos;
    - Sin  ellos, no se sustancia el producto y se pierde su marca;
    - Con ellos, se pierde la frescura y se le da un aire recitativo a todos los parlamentos;
    - Los segundos, individuos con cualidades extraordinarias o francamente artificiales; en ambos casos, redunda en el estilo y calidad de la actuación;
    - Se ha vuelto moda, explotar al tipo antisocial, que en la vida cotidiana causaría rechazo;
    - El cast cuenta con varios personajes fijos y muchos incidentales;
    - Los personajes fijos participan en todos los capítulos;
    - Los incidentales en capítulos individuales y se repiten si resultan populares o necesarios al relato;
    - Los fijos pueden ser centrales o secundarios;
    - La cantidad varía de obra en obra;
    - Los centrales, de acuerdo a su dimensión o pegada, ganan un capítulo personal en que brillan más que los otros;
    - El central o protagónico puede desaparecer (¿quién aguanta tantos años?); 
    - El protagónico, si era masculino, solía tener una novia en cada nuevo episodio;
    - Algunos crecen y empiezan a aparecer en los créditos centrales;
    - Difícil que sea en la misma temporada, pues ésta se trabaja como unidad dramática cerrada;
    - Entiéndase: con introducción, nudo y desenlace;
    - Salvo casos muy puntuales, se escribe de arriba abajo y sólo se corrige durante la escritura; no se puede ‘arreglar’;
    - Si bien, hoy se suelen encargar diez episodios y se 'completa' el bloque, si funciona;
    - Cada personaje tiene trazada una línea biográfica y psicológica que se reitera al infinito, pues es parte de su rol en la estructura;
    - Sus estereotipos no se pueden obviar, por ser la esencia y el atractivo de la oferta;
    - O sea: los personajes siempre se comportan del mismo modo, a pesar de variaciones puntuales, que los muestren vulnerables y, por ende, humanos;
    - Todas tienen cuotas étnicas enfocadas en espectadores de distinto origen (negros, latinos, asiáticos);
    - Cada uno cumple un rol, despectivo en muchos casos (los negros pueden ser policías o funcionarios, incluso llegan a médicos, pero siempre se llevan la peor parte y lideran los roles de delincuentes; los latinos también);
    - Curiosamente, estos tienen un ridículo acento, pero ninguno sabe hablar español como Dios manda;
    - En todas las series policiacas y médicas existe un jefe intransigente, habitualmente, del escalón superior de dirección, que tiene en la mira al protagónico o su grupo; por gusto;
    - Todas las series médicas tienen su capítulo sobre parejas gays que luchan por sus derechos, especialmente en lo que concierne a decisiones difíciles, vetadas cuando la pareja no es heterosexual;
    - En las jurídicas, el protagónico busca volverse socio del bufete y se ve forzado a manchar su ética en nombre de ello;
    - La serie trabaja un misterio o un secreto que igualmente se vuelve eterno;
    - Misterio que ni los propios autores dominan a veces, por ello lo van cocinando a fuego lento y con falsa rimbombancia;
    - Se crea un villano oculto que se vuelve la némesis del personaje central o protagónico; 
    - Dicho villano pone en jaque durante varias temporadas a los personajes;
    - Usualmente es tan brillante, como perverso haciendo imposible su detección y freno;
    - Nuevamente, el misterio es forzoso, pues sus razones y sentido no se conocen y se van lapidando por el camino;
    - Su conclusión es, muchas veces, decepcionante, como los finales de temporada;
    - Esta dramaturgia calculada es efectiva, pero aburre.

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