Traemos a Ud. este escrito de un crítico mexicano, a propósito de otro remake Globo-productora hispoamericana... Por cierto, que sus audiencias no son extraordinarias. El Clon domina en TV Azteca, mientras que este remake de Gilberto Braga marca entre y y 8. Las de Televisa tienen entre 15-20.

Entre el amor y el ridículo
El pozo de los deseos reprimidos
Álvaro Cueva (Milenio Online)
Ojalá pudiera decir lo mismo de “Entre el amor y el deseo”, la nueva telenovela nocturna de Azteca 13 que se estrenó en esa curiosa modalidad que Televisa, su competencia, experimentó durante muchos años de episodios de media hora incrustados en los capítulos finales de una telenovela exitosa (en este caso “La loba”) para obligar al público a ser partícipe de ese lanzamiento.
¿Qué pasa con “Entre el amor y el deseo”? Que después de propuestas tan poco afortunadas como “Vidas robadas” y “Quiéreme tonto”, a muy poca gente le interesa.
¿Está buena? Más que buena, es importante desde el punto de vista empresarial ya que representa la cristalización de una alianza estratégica entre Azteca Novelas y TV Globo, unas de las casas productoras más prestigiosas de todo el planeta.
“Entre el amor y el deseo” es el refrito de un clásico de la televisión brasileña de los años 80 llamado “Loco amor” y esto es bueno, pero también es malo.
Es bueno porque los brasileños hacen telenovelas exquisitas, es malo porque “Loco amor” ya fue muy superada por el tiempo y la distancia.
Estamos hablando de una telenovela hiper-convencional donde todo sucede porque sí y donde, para acabarla de amolar, nos enfrentamos a un esquema que no es al que el gran público mexicano está acostumbrado a sintonizar todas las noches.
Las telenovelas brasileñas, a diferencia de las del resto de América Latina, manejan otros valores eróticos y familiares, tienen demasiados personajes, cada uno con una historia que es, o muy simple o muy complicada, y que hay que ver segundo a segundo para poder entender.
A pesar de excepciones tan entrañables y recientes como “El clon”, nuestra gente ni es así ni está acostumbrada a ver telenovelas así.
Acuérdese de fracasos de hace poco como “La favorita”, que tuvo que ser retirada del aire, o de las veces que Televisa quiso hacer melodramas a la brasileña como cuando grabó “Caminos cruzados” en 1994.
Ahí va a pasar algo porque, por un lado, el reparto es buenísimo (Víctor González, Lorena Rojas, Margarita Gralia, Héctor Bonilla…) pero, por el otro, hay una especie de “shock” cultural ya que todo el meollo de esta telenovela se resume a un acostón que, desgraciadamente, se consumó en el capítulo dos. ¿O usted qué opina?