"Ir a donde el pueblo está" será la nueva regla de las novelas brasileñas según Aguinaldo Silva. Indignado con el rechazo de la crítica a su Fina estampa, expuso en su blog que el éxito de la trama marcará una nueva tendencia que afectará a las producciones venideras.
Nada de París o Italia: Fina estampa se pasa en el día a día de la Barra da Tijuca (Río de Janeiro) y adyacencias. Y sus criaturas reflejan el fenómeno de la nueva clase media brasileña, emergente gracias en buen parte a las gestiones de Lula y Dilma Rousseff. La denominada clase C, según este artículo del diario El País (España), ha logrado "que prácticamente la mitad de los brasileños integre ya la clase media y concentre el 46% de la renta".
La novela devolvió a la Red Globo el público que antes se distraía con Los Mutantes de la Record. Sin embargo, la prensa brasileña poco y nada habla de esta producción y opta por untar con elogios a A vida da gente. Paradójicamente, esta última sufre la segunda peor audiencia del horario de las 18hs.
Silva, que ve en esta preferencia un "ataque hacia su persona", defiende que en TV abierta la calidad está determinada por el rating. "Lo que las emisoras de TV abierta buscan es audiencia - la mayor posible: ésta, según su criterio, es sinónimo de calidad". Un argumento válido, al fin y al cabo los números son los que interesan a los anunciantes. Y éstos, quienes permiten costear las producciones.
Pero ¿será que la hipótesis de Aguinaldo es del todo cierta? Al fin y al cabo, hay ejemplos en todo el mundo, como la televisión española o -sin ir más lejos- la argentina, donde la telebasura está tan arraigada que, a muy bajo costo de producción, es campeona de audiencia. Quizás haya una confusión aquí entre los términos calidad y operatividad.
Lo último es de lo que A vida da gente carece y de lo que Fina estampa tiene de sobra. La primera estrenó en el lugar y el momento menos indicados. Su ambientación invernal (que va de Bariloche a Porto Alegre) no es la más propicia para las tardes de verano. Además, sus dramas familiares - que en muchos casos involucran niños - dejan al descubierto un gran componente lacrimógeno. Algo atípico para la franja, donde abundan historias llenas de fantasía y romanticismo.
Cabe recordar que el principal público del horario vespertino son las amas de casa y, justamente, los niños. No es extraño, entonces, que el Ministerio de Justicia brasileño la haya calificado de "angustiante".
Nada de esto, sin embargo, hace que A vida... sea una mala novela. Su historia (bien) contada en emociones cuenta además con una dirección de arte esmerada. Pero las situaciones que atraviesan sus personajes son más típicas del primer mundo o las clases A y B brasileñas. Algo que tampoco le permite 'conectar' con el gran público.
Pero el rechazo hacia Fina estampa deja a la vista una actitud elitista por parte de la crítica. Por su parte, a juzgar por los comentarios en la red, las clases altas ven la novela de las 9 más por costumbre que por gusto. Algo parecido se da con el nuevo manejo de la sociedad. En un artículo de BBC Mundo, señalan que el 48% de estos sectores expresó "que la calidad de los servicios empeoró ahora que son más accesibles". ¿Lo mismo dirían de las novelas?
Estas opiniones, no obstante, parecen tener sin cuidado a las altas cúlpulas de la Globo. Y sus próximos proyectos dan muestras de que el presagio de Silva va a cumplirse.
Como ya hemos adelantado, la sucesora de Fina estampa contará la historia de la moradora de un basural. La heroína de Avenida Brasil (Débora Falabella) será una muchacha pobre luchará por hacerse espacio entre la alta sociedad.
Más 'pintoresca' todavía será Marías do Lar, la próxima novela de las 7. Sus protagonistas serán tres empleadas domésticas que se convierten en una sensación de la música tropical. Al mayor estilo Thalía, serán María da Penha (Taís Araújo), María Rosa (Leandra Leal) y María Aparecida (Isabele Drumond). Ellas tendrán como enemiga a Cheyenne (¡Cheyenne!), una cantante 'brega' vivida por Claudia Abreu.
Habrá que ver cómo impactará esta tendencia en el mercado internacional. Es sabido que las novelas brasileñas en Latinoamérica funcionan mejor entre las clases A y B. Pero a riesgo de defraudarlas, las nuevas historias podrían abrirse espacio entre los culebrones latinos, que pierden en producción y calidad artística. Ya saben: por más 'brega' que se vistan, las producciones globales no dejan de ser chic.
Nota: Brega o chique hace alusión a una telenovela de Cassiano Gabus Mendes (Ti Ti Ti). El término 'brega' solía usarse en sentido peyorativo para hablar de un género de música popular brasileña.
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Griselda (Lília Cabral) representa a la clase C brasileña en 'Fina estampa' |
Nada de París o Italia: Fina estampa se pasa en el día a día de la Barra da Tijuca (Río de Janeiro) y adyacencias. Y sus criaturas reflejan el fenómeno de la nueva clase media brasileña, emergente gracias en buen parte a las gestiones de Lula y Dilma Rousseff. La denominada clase C, según este artículo del diario El País (España), ha logrado "que prácticamente la mitad de los brasileños integre ya la clase media y concentre el 46% de la renta".
La novela devolvió a la Red Globo el público que antes se distraía con Los Mutantes de la Record. Sin embargo, la prensa brasileña poco y nada habla de esta producción y opta por untar con elogios a A vida da gente. Paradójicamente, esta última sufre la segunda peor audiencia del horario de las 18hs.
Silva, que ve en esta preferencia un "ataque hacia su persona", defiende que en TV abierta la calidad está determinada por el rating. "Lo que las emisoras de TV abierta buscan es audiencia - la mayor posible: ésta, según su criterio, es sinónimo de calidad". Un argumento válido, al fin y al cabo los números son los que interesan a los anunciantes. Y éstos, quienes permiten costear las producciones.
Pero ¿será que la hipótesis de Aguinaldo es del todo cierta? Al fin y al cabo, hay ejemplos en todo el mundo, como la televisión española o -sin ir más lejos- la argentina, donde la telebasura está tan arraigada que, a muy bajo costo de producción, es campeona de audiencia. Quizás haya una confusión aquí entre los términos calidad y operatividad.
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'A vida da gente': una novela "angustiante" para las tardes brasileñas |
Lo último es de lo que A vida da gente carece y de lo que Fina estampa tiene de sobra. La primera estrenó en el lugar y el momento menos indicados. Su ambientación invernal (que va de Bariloche a Porto Alegre) no es la más propicia para las tardes de verano. Además, sus dramas familiares - que en muchos casos involucran niños - dejan al descubierto un gran componente lacrimógeno. Algo atípico para la franja, donde abundan historias llenas de fantasía y romanticismo.
Cabe recordar que el principal público del horario vespertino son las amas de casa y, justamente, los niños. No es extraño, entonces, que el Ministerio de Justicia brasileño la haya calificado de "angustiante".
Nada de esto, sin embargo, hace que A vida... sea una mala novela. Su historia (bien) contada en emociones cuenta además con una dirección de arte esmerada. Pero las situaciones que atraviesan sus personajes son más típicas del primer mundo o las clases A y B brasileñas. Algo que tampoco le permite 'conectar' con el gran público.
Pero el rechazo hacia Fina estampa deja a la vista una actitud elitista por parte de la crítica. Por su parte, a juzgar por los comentarios en la red, las clases altas ven la novela de las 9 más por costumbre que por gusto. Algo parecido se da con el nuevo manejo de la sociedad. En un artículo de BBC Mundo, señalan que el 48% de estos sectores expresó "que la calidad de los servicios empeoró ahora que son más accesibles". ¿Lo mismo dirían de las novelas?
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Claudia Abreu en escena con Michel Teló, el músico popular que invadió el continente |
Como ya hemos adelantado, la sucesora de Fina estampa contará la historia de la moradora de un basural. La heroína de Avenida Brasil (Débora Falabella) será una muchacha pobre luchará por hacerse espacio entre la alta sociedad.
Más 'pintoresca' todavía será Marías do Lar, la próxima novela de las 7. Sus protagonistas serán tres empleadas domésticas que se convierten en una sensación de la música tropical. Al mayor estilo Thalía, serán María da Penha (Taís Araújo), María Rosa (Leandra Leal) y María Aparecida (Isabele Drumond). Ellas tendrán como enemiga a Cheyenne (¡Cheyenne!), una cantante 'brega' vivida por Claudia Abreu.
Habrá que ver cómo impactará esta tendencia en el mercado internacional. Es sabido que las novelas brasileñas en Latinoamérica funcionan mejor entre las clases A y B. Pero a riesgo de defraudarlas, las nuevas historias podrían abrirse espacio entre los culebrones latinos, que pierden en producción y calidad artística. Ya saben: por más 'brega' que se vistan, las producciones globales no dejan de ser chic.
Nota: Brega o chique hace alusión a una telenovela de Cassiano Gabus Mendes (Ti Ti Ti). El término 'brega' solía usarse en sentido peyorativo para hablar de un género de música popular brasileña.