Mala gente

Psicópatas de novela

Para algunos, no hay una buena telenovela sin un buen antagonista. Los psicópatas, por su parte, son los mejores aliados del maniqueísmo en la ficción y sus niveles de popularidad revelan que su poder de seducción no se limita a los personajes que los rodean, sino que actúa también sobre el espectador.

La teledramaturgia brasileña tiene desde siempre un gran repertorio de personajes con este trastorno de personalidad y para muchos autores son imprescindibles a la hora de sacar jugo a la progresión dramática de sus historias. Pero en los últimos tiempos, han comenzado a abordar de manera más directa esta temática que causó dolores de cabeza a las heroínas de tantos folletines con origen en Brasil.

La psicopatía "no es una enfermedad, es una forma de ser", asegura Ana Beatriz Barbosa Silva, autora del libro Mentes peligrosas que serviría de ayuda a la autora Gloria Perez en la creación de Yvone, la psicópata interpretada por Letícia Sabatella en Índia, una historia de amor, donde el trastorno es puesto en discusión por los mismos personajes de la novela. Las artimañas de Yvone contrastan con el asesoramiento que el Dr. Castaño (Stênio Garcia) brinda a un ayudante de su clínica psiquiátrica. Según Perez, pionera en la inclusión de campañas sociales en las telenovelas, estaba entre sus principales metas transmitir la distinción entre los psicópatas y los enfermos mentales, representados en este caso por el núcleo protagonizado por el talentoso Bruno Gagliasso, que encarna a Tarso en la trama. Al contrario del loco, el psicópata es una persona completamente lúcida y racional, cuya principal característica es la incapacidad de empatizar con la gente, sintiendo indiferencia o hasta placer frente al sufrimiento ajeno. De la pluma de Gloria Perez este problema -que no se sabe a ciencia cierta a qué cantidad de la población mundial afecta- fue tratado en su última novela de manera preventiva. Para otros autores es una verdadera carta bajo la manga a la hora de despertar fuertes emociones y, principalmente, de alcanzar altos índices de audiencia.


 ¿Cuál es la mala? Donatella y Flora en La favorita: lo disimula muy bien, pero una de las dos es la villana más siniestra.

En La favorita, de João Emanuel Carneiro, una de sus protagonistas fue considerada por la crítica brasileña la mayor villana que jamás haya visto la televisión de su país. Para Ana Beatriz Barbosa, no es sino la psicópata más peligrosa. "Ella quiere la sofisticación de la perversidad", sostiene la psicóloga, sobre el lobo que pasó 55 episodios disfrazado de ovejita, para luego revelarse como autora del crimen que mantuvo en vilo a un público extrañado por la ambigüedad. Ella mantiene una relación de envidia enfermiza con su co-protagonista, asesinó al ser amado de su rival y siente el mayor desprecio por la hija a la que dice amar pero que no le significa más que un imperio millonario. Falsa, fría y traicionera, se convierte en un verdadero Hannibal Lecter cuando se ve acorralada, disparando con disfrute y llegando hasta a provocar el inminente infarto de uno de los personajes con su manipulación. Y si bien ahuyentó buena parte del público más fiel de las telenovelas (las amas de casa), la malvada ganó en Internet una cantidad de fans exorbitante. Esta sensación provocada por los villanos en el público es uno de las cuestiones que, según  Carneiro, habría inspirado la trama de La favorita, en tiempos en que Bia Falcão (Fernanda Montenegro) gozaba de total impunidad en el último capítulo de Belíssima (2006), y el inescrupuloso Olavo (Wagner Moura) encantaba más que los protagonistas de Paraíso tropical (2007).


"En mis novelas, los villanos han atraído más al público. No sé por qué. Personalmente, me gustan mucho los héroes pero quizás escriba mejores villanos", dice Gilberto Braga, autor de Paraíso tropical y Celebridad, cuya antagonista ocupa el segundo puesto en el ranking de Barbosa Silva, además de haber consagrado a Claudia Abreu como la mejor actriz de su generación. La historia de Laura (Abreu) estaba inspirada en el film All about Eve, siendo una mujer que envidia profundamente a Maria Clara Diniz (Malu Mader) y quiere ocupar su lugar a cualquier precio. Camuflada tras el disfraz de buena chica, llena de simpleza, oculta la arrogancia y el hedonismo típicos de un gran psicópata. "Sigo un consejo de Hitchcock para crear a los villanos (...) Él decía que es preciso hacer un villano con mucha elegancia", cuenta Braga, al que la técnica le jugaría en contra en El dueño del mundo, cuando el público se deslumbrara por el malvado Felipe Barreto (Antonio Fagundes) y expresara enorme rechazo por la heroína de Malu Mader, que perdería la virginidad en un juego de seducción del villano. Según la responsable por Mentes peligrosas, "Antonio Fagundes nunca fue tan seductor y glamouroso". Revela, además, que Felipe Barreto fue uno de los primeros psicópatas de telenovela en llamar su atención. Pero al que considera el antagonista masculino más terrible es otro, también creado por Gilberto Braga. Se trata de Leoncio Almeida (Rúbens de Falco) de Esclava Isaura: "En el caso de que Isaura aceptase y se hubiese casado con él, su vida sería aun peor. Porque es del tipo de marido que tortura, que hace de la mujer el juguete particular".

Desde asesinos seriales hasta amigos simulados. De terribles criminales a alpinistas sociales. A juzgar por la voz de los especialistas, los psicópatas están entre nosotros. Engañan incluso a través de la pantalla chica, como cuando llega la hora de la telenovela brasileña y nos enternecemos con los ojos vidrosos de Patrícia Pillar o Antonio Fagundes arranca suspiros de las mujeres como El dueño del mundo.

Punidas a la fuerza
En Celebridad (2004), Laura recibe la mano pesada de María Clara [click aquí para verlo]. Ya en 2009, Melissa (Chrstiane Torloni) aplica una surra bastante similar a Yvone, durante un capítulo de Índia, una historia de amor [ver la escena dando click aquí].

Fuentes: Puleva SaludOfuxico, Memória Globo, Blog de Gloria Perez.

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