Y ya que hablaremos de novelas repetidas…

Mientras un novelón como Vale todo es relegado para las noches de un poco expresivo canal de cable, el público se queja de las retransmisiones de la Globo en su clásico Vale la pena ver de nuevo. Siete pecados (de Walcyr Carrasco) tuvo un reestreno decepcionante llegando a los dos dígitos con dificultad.

Para muchos, la novela marca tan poco – 11 puntos – pues es demasiado reciente. No tiene ni 3 años de exhibida. Otros lo achacan a la baja calidad del producto, alegando que hay novelas mucho mejores en las gavetas de la Globo esperando una retransmisión que quizás no vendrá nunca. Contradictorio, ¿no es así? Sucede que la mayoría de las novelas que el público quisiera ver, son inadecuadas o al menos necesitarían de podas sustanciales para poder responder al horario de la tarde (ejemplos El Clon, Celebridad).

Otros dicen que la emisora carioca no admite que una reprís de la tarde marque más que sus novelas inéditas. Sucedió con Alma Gemela y Señora del Destino que en sus repeticiones llegaron a marcar más que Malhação (serie juvenil) y las novelas de las seis. Esto sabotea, según ellos, la publicidad de las novelas inéditas y hace que los patrocinadores migren para el horario vespertino aumentando el costo de las novelas de la noche.

Hay incluso quien asegure que la Globo está reservando sus mejores productos para el canal Viva. Así, obliga a la gente a suscribirse a su señal.

Sea como fuere, Siete pecados, sin ser el pecado mayúsculo de la teledramaturgia brasileña, también enfrentó algunos problemas en su estreno original allá por el 2007. El propio Walcyr confesó no hace mucho problemas de enfoque en el primer segmento de la trama, que tuvo que readecuar para hacerla más atractiva. El tono didáctico y demasiado esquemático de sus personajes, tampoco ayudó en mi criterio…

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