Tardes plomizas... los días eran así

¡Parece una película! Cuántas veces oímos eso de un estreno de novela. En casi todos los casos la frase no se justifica, pero en Os dias eram assim, la nueva 'súper-serie' (novela de las 11), sí.

Ambientado en los años 70, el folletín que abre la carrera como titulares de Ângela Chaves y Alessandra Poggi,usuales coayuvantes, tiene cara de cine.

Incluso el formato 16:9 - así la presenta Globoplay, con el logo de la emisora cubriendo el borde negro, la de las 9, sale en formato habitual  - refuerza ese tenor.

La psicodelia de Alice- ¡otra Alice para la cuenta de Sophie Charlotte! (Mujeres ambiciosas) - al son de Ney Matogrosso, y las discusiones sobre moral y valores (virginidad, decencia, límites del comportamiento femenino) involuntariamente remiten al Gilberto Braga de entonces tan ávido de airear las rígidas costumbres.

Aunque la misma provocación de los invitados conservadores, reunidos para el partido de fútbol, sea más tipo Janete Clair o Ivani Ribeiro (o si no recuerden a Marcio desnudándose ante los socios de su padre en El astro o Malú en Mujeres de arena trayendo pobres a una fiesta chic de Virgilio)

Un poco panfletero ("este gobierno de mierda", citas del Pasquim, periódico 'alternativo' brasileño, "por una causa: la libertad", "sale con una comunista", el cartel "abajo la dictadura"), el texto se mueve entre lo que se supone hayan sido emociones y/o actitudes del momento y un deseo explícito de recalcarlas.

Siguiendo la larga tradición de sensacionalismos y heroínas revolucionarias y revolucionadoras (nuevamente, herencia de La Maga, doña Janete), Alice desciende por un andamio (foto) ante la prohibición de su madre de salir del cuarto. ¡Ni la altura la detendrá!

Por ahí, ya vamos viendo la intención de la novela, que se cuelga del famoso partido del 70 ("90 millones de acción", cantaban entonces para darles ánimos a la selección y al país) y lo vuelve leit-motiv del episodio inicial.

Hay, si se quiere, una metáfora - no muy sutil - de cómo el fútbol fue factor de 'paz social' y manipulación, al unir en una idéntica pasión a oficialistas y opositores.

No hay dudas que los militares usaron y abusaron del fútbol (la TV aún estaba abriéndose camino) para matizar el duro estado sociopolítico.

La moda de los 70, no se acentúa mucho (aunque los ambientes sí remitan a la época). Susana Vieira (Cora Dumonte) o Daniel Oliveira (Vítor Dumonte), los villanos, me lucen bastante modernos, por ejemplo.

El toque amarillento sí le da un saborcito más afín a esa estética que nunca fue exactamente atractiva.

La escenografía mataría de envidia a los paupérrimos decorados de Hermanos coraje o cualquiera de las tramas que salían al aire ese año.

Las imágenes de archivo refuerzan el dramatismo de la represión ¿qué más dramático que la verdad?



Ahora ¿qué hace sacar a colación un tema 'difícil' para la Globo, siempre acusada por la izquierda de complicidad con el régimen?

No es sólo conjurar la memoria y sustanciar a partir de ella el presente, en que los ánimos andan caldeados. No creo que se repita el efecto Anos rebeldes. Aquel que llevó a los jóvenes a la calle y al impeachment de Fernando Collor en 1992 a partir de la miniserie homónima de G. Braga.

Logo de la Globo en 1970
La Globo es un poder dentro del poder y sus decisiones dramatúrgicas muchas veces tienen un trasfondo político (aunque suene a conspiración barata).

No tiene sentido especular y como he hecho en comentarios previos, le dejo la tarea a blogueros más politizados.

Pero de que no es casual, no lo es. La historia - originalmente pensada para las 6 ¿con ese tema? - no es tan descollante, ni sus autoras tienen el nombre para justificarlo sólo con una sinopsis de calidad.

Una cosa buena tiene este capítulo y es que sin ser exactamente 'fascinante' - no para mí - es orgánico y sobre todo fluye. La falta de asunto mata muchos estrenos y éste, dentro de su lógica interna, a partir de la historia que se quiere contar, logra hilvanar las tramas y hacerlas próximas, aún y cuando apenas las estamos conociendo.


La dirección general y artística de Carlos Araújo (foto), también de estreno en estas lides, es efectiva. Incluso con momentos altos. Pero esto no es excepción, sino norma.



La apertura, hay que concordar es más 'expresiva', aunque el contundente Aos nossos filhos, canción-tema de la que toman el título, no tenga la misma fuerza de otras versiones: 


Os dias eram assim (Los días eran así), se transmite en el horario de las 11, con el apelativo de súper-serie, lo cual parece una estrategia publicitaria para el mercado interno y externo. Su extensión (87 capítulos), continuidad y tono, deja claro que se trata de una telenovela.

Su estreno fue tibio: 22,7 puntos en SP y 25 en Río. El segundo día cayó drásticamente para 13,2. 

Los villanos mensaje claro: Brasil - ámelo o déjelo
Idealista
Momentos de tensión
Nueva Alice en la breve carrera
Ecos de una época: Elis Regina y Ney Matogrosso
La heroína desafía a la madre
Familia del 'bien'
Familia del 'mal'
Persecución
Represión
Las responsables

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