Segundo sol: ocasos y glorias


Todo autor tiene glorias y ocasos. Algunos aprenden la lección. Otros no. En el mundo de la competencia y la televisión comercial hay que saber cuándo desistir y darle otro rumbo a un estilo.

Esa parece la opción de João Emanoel Carneiro y su nueva historia: Segundo sol, que se estrenó este lunes en el horario estelar de la Globo.

Después de una escalada de sordidez y vileza, el escritor de Avenida Brasil (su gloria) y Las reglas del juego (su mayor ocaso), vuelve al modelo que lo catapultó en su debut como novelista titular: sol, playa y melodrama.

Con ello da pruebas de operatividad como funcionario y vanidad como artista.

La Globo es 'generosa', pero la 'consideración' tiene un límite. Así como el favor de crítica y público, que siempre agradan.

Es como dice el héroe en el teaser: todo se puede transformar; todo lo que se perdió, puede existir de nuevo, de otro modo. (...) Reconstruido de otra forma

Y Carneiro, que vuelve a empezar como afirma éste, 'lo hace'. Casi textualmente.


La mejor metáfora de la obra quizás sean los brillitos que siguen a una secuencia de imágenes reales del Salvador de finales de los 90 con que abre el capítulo:

Una lluvia de confettis dorados cae sobre Beto Falcão, estrella fugaz del axé, creando la idea que es parte de esa apoteosis previa.

Pero tan pronto se abre el plano, descubrimos que es mentira y que el éxito es pura ilusión:

el background falla y Beto no puede 'seguir cantando' su único hit ante tres gatos que se reunieron para verlo.


Es la misma ilusión de éxito y novedad que puede traer esta trama que, al menos hasta ahí, resuelve muy bien a nivel simbólico y visual su principal premisa.

El propio Carneiro se sentirá como Falcão, levantado en brazos y luego arrojado al foso de los leones por el ente más inestable del planeta: el público.

Su diferencia principal es que a pesar de todo ha probado competencia y que tiene más de una bala en la recámara.

Dándole rostro a la traición o ilustrando la maldad: cuernitos para que no queden dudas
La espina dorsal tiene un poco de todo y de todas. De todas las novelas que han poblado el horario que aquí se bautizan en las paradisíacas aguas del litoral baiano en un texto que se perfila ágil y funcional (con destellos).

Elementos de Paraíso tropical, Avenida Brasil, O outro lado do paraíso (que, a su vez, se conecta con ésta en la venganza y los ratings que logró).

Incluso la reciente Rock Story, centrada en un cantante decadente (Vladimir Brichta, el actual villano Remy) y, claro está, El color del pecado, que le presta más de un giro.

Es que Carneiro nunca ha propuesto un argumento enteramente suyo u original. ¿O no era La favorita una relectura oscura de la famosa, pero poco trepidante Dancin' Days?

Por ende, amén de la natural reiteración del género novela, seguirán al aire muchas de las líneas temáticas de la trama de Walcyr Carrasco que no por gusto le 'pasó la antorcha' en un meloso comentario en Instagram, debidamente sazonadas con las aromáticas especias bahianas.

¿Pura etiqueta?
De la anterior la separa la coloquialidad, la rapidez, incluso el 'realismo' del diálogo. Es hábil para insertar los datos de forma natural, sin panfletazos.

En la mejor escuela de la otra, no deja de tener cabos sueltos. ¿O no es medio forzado que el protagonista pase por muerto cuando varios empleados vieron que no subió al avión?

Una celebridad menor no pasa inadvertida (aunque esté venida a menos) y tampoco amerita un 'luto oficial' declarado por el gobernador del estado.

Los villanos se orientan demasiado rápido entendiendo que les conviene más muerto que vivo, por muy justificado que esté en varios comentarios de Remy.

Malvados en acción...
Pero aquí el hechizo no se vuelve contra el hechicero y trabaja en pro de un capítulo preciso, sin desvíos, ni rodeos.

La imagen de Emílio Dantas como cantante de axé no convence. No sé, realmente, cómo sería Cauã Reymond, la opción inicial, cuyo perfil tampoco es muy convincente en ese aspecto. Pero no compromete.

Su look bebe en el de Carlinhos Brown, con los disfraces estrafalarios y la proyección escénica.

Dantas tiene cara de bonachón. Sonrisa limpia. Que le rindió un plus a su ambiguo personaje de Querer sin límites (el primer cartuchazo) y aquí lo hace totalmente potable como galán (aunque no lo sea).

Como pocas veces pasa, llega el primer corte a comerciales y queremos ver qué sigue después. Para el caso fue la apertura 'color Brasil', con tema refrito de Cássia Eller en clave de reggae.

Su letra encaja perfectamente en el título (si no es que encajaron el título en su letra). Pero es uno de los tantos déjà vu globales, pues el tema ya fue banda sonora de Malhação (1999), Tempos modernos (2010), incluso de Corações feridos del SBT.

Es obvio que la emisora no tiene el mismo poder mediático de antes y más que fabricar éxitos musicales, los recicla, creando un rejuego entre la nostalgia y lo ya consumido.

La apertura tiene un tufo demagógico y su única novedad formal es la fuente - horrenda - y la inclusión del crédito de 'dirección artística' abriendo con el autor.

(una práctica que se instauró en los 2000, pues antes los escritores iban tras los protagonistas y el logo o antes de la dirección al final).

¡Es la consagración del status de director! ¿Qué vendrá después?

Es evidente que el realizador Dennis Carvalho se ajusta al lenguaje de cada cual, pues esta novela no tiene - visualmente - nada en común con Mujeres ambiciosas (Babilônia), su oferta anterior.

Como no puede dejar de ser un JEC y para encuadrarse en la estética de las 9 los interiores son oscuros, llenos de atmósferas.

Hábilmente, guión y puesta introducen la segunda línea, que trae amén de bellos paisajes a Luiza, la heroína de la trama (es obvio que Carneiro prefiere darle el protagónico a los hombres y siempre narra desde los caracteres masculinos, excepción: la ya mencionada Favorita).

Candor sofisticado
Con rapidez y brevedad, deriva en la línea de Cacau (Fabíula Nascimento), hermana de Luzia, para poder dar cabida al alquiler que unirá a la pareja central.

La hermana no se conforma y va a Salvador en busca de mejores chances
Siguen en este bloque algunas 'licencias':

Cuadraron alquiler, que le trabaje, pero no el precio; ni siquiera le preguntó si tendría dinero para pagar.

¿Cómo deja ir al hijo con un hombre que acaba de conocer a pescar siendo la gente y el mar tan traicioneros?

La historia se desacelera hacia la mitad del segundo bloque, pero tiene que crear el clima de los futuros novios y lo logra.


Como ya es habitual, en el penúltimo cuarto de hora los protagonistas se besan y se aman.

Nuevamente, se ponen a la par la que terminó y la que acaba de empezar. Pero como en aquella el anuncio del matrimonio es demasiado fulminante.

Se supone que hayan pasado semanas. Sin embargo, es muy rápido. 'No por gusto', siendo tan intensas, las relaciones resultan tan frágiles al punto de caer ante el primer revés o una mentira.

Detrás de las cámaras: la ilusión sigue
Muy a pesar de la publicidad general, esta vez la novela no es exclusiva de Carneiro.

Márcia Prates lo acompaña en la empresa. Los dos son secundados por Fábio Mendes, Lilian Garcia & Eliane Garcia. Brevísimo equipo. Como prometió la emisora.

No obstante eso, hay aquí marcas registradas del autor, como los nombres rimbombantes o difíciles.

Ejemplo: Ariella, el apelativo que adoptará Luzia cuando retorne a buscar desquite por los sufrimientos del pasado. Lo que de por sí es una constante en su narrativa.

Repite el esquema de la pareja tramposa (Max/Carminha, Dodi/Flora, Kaíke/Bárbara, etc).

También el de traer un ex galán de las 7, de los descamisados de Lombardi, para vivir el personaje negativo (ej.: Marcello Novaes y ahora a Brichta).

Vuelven las familias ruidosas haciendo barullo a la mesa. Incluso el tango para sazonar las secuencias de los malos.

¿Finalmente volverá Carminha?
Como otros guionistas, Carneiro prefiere hacer el viaje con antiguos conocidos. Las más notables son Adriana Esteves, viviendo a la malvada Laureta, Giovanna Antonelli, en rol central y Déborah Secco, interpretando a Karola, la principal villana.

Esquema habitual: la traición siempre queda 'en familia'
Brichta y Secco mostraron credenciales en el primer episodio. Hay química. Hay malicia. Y también hay experiencia previa en personajes parecidos. Al menos en el caso de Déborah.  


La Antonelli, no da como cantante, contrario a lo que dice Beto.Tampoco me la trago como muchacha simple que no conoce Salvador y no ha salido de la isla. La 'sofisticación' se le sale por los poros y le vendrá como anillo al dedo en la segunda etapa como DJ pulida en Islandia (foto).

En el capítulo dos le falla el tono cuando discursa, literalmente, sobre el valor familia y vomita su frustración para no darle el [natural] chance de explicarse al que creía el hombre de sus sueños.

Se hace evidente que es un bocadillo incómodo, saturado de información, cuyo fin es acotejarnos los sesos y hacernos aceptar sin crítica una separación más rápida que el noviazgo.

Para medir el desempeño del resto habría que ver el desarrollo del relato, pues como dije este capítulo se centró en su detonante.

Como pasó en Avenida Brasil la novela corre el riesgo de volverse cíclica para mantener viva la endeble tesis del cantante dado por muerto y que recuerda mucho a Roque Santeiro.

En la segunda entrega, en menos de 20 minutos, Beto amenazó varias veces con echar abajo la mentira y cansó un poco. ¿Cómo harán para que dure ¡20 años! y no nos muramos de tedio?

Sea como fuere, la historia mantuvo el interés, con buenos golpes de efecto, conectado a Laureta al cauce central e introduciendo en el momento exacto el núcleo de Roberval (Fabrício Boliveira), hijo del patrón y la criada, tradicionalísimo filón del folletín.

La audiencia respondió: 35 y 37 puntos en São Paulo y Río, respectivamente. La mejor cifra en dos años. En el Panel Nacional de TV acumuló 34/52%. En Salvador, la plaza crítica, el debut atrajo a 36/58% de los espectadores.

Extras


Segundo sol trae un paisaje nada habitual en nuestras pantallas: San Salvador de Bahia. No es la primera vez que el estado aparece en el horario. Viejo Río (Velho Chico), es el caso más reciente. En los 90 una de cada tres novelas se desarrollaba allá.

Ahora, la capital nunca había aparecido en la novela de las 8 (9). Algunos ven en ello una respuesta a la drástica caída del ibope en esa ciudad del nordeste brasileño.

Salvador moderno
En la misma cuerda baiana está la banda sonora, una de las más vivas de los últimos tiempos. Su leit-motiv es recopilar los hits que sonaban en la primera etapa de la historia.

Para darle unidad estilística y quitarle el aire comercial volvieron a grabar algunos de los mayores éxitos de la llamada axé music con arreglos más sofisticados a medida de un público cool (con el que Carneiro comunica bien). Lo único realmente actual de esta novela: su sonoridad.

Aun así, no todas las canciones salen inmunes. Simone & Simaria, Thiaguinho y Johnny Hooker traicionan el 'espíritu' de Mal acostumado de Araketu, Beleza rara de Ivete Sangalo y Beija-Flor de Timbalada imprimiéndole sus estilos, totalmente ajenos a aquellos.

Algo parecido sucedió con Você passa eu acho graça, clásico del samba que, a pesar de los adornos (un berimbau y una orquestación enrevesada), pierde color en la voz de Laila Garin.

¡Nadie como Clara Nunes para decir esta canción! 

¿Error o premeditación?
La novela detrás la novela... trae una presunto fallo para calentar las redes. Y digo presunto, pues el camarógrafo que aparece en el plano de arriba, no pudo haberse pasado por alto. Es muy burdo para dejar una pifia así. Con las actuales técnicas no sería difícil 'desaparecerlo'. Si quedó, por algo fue...

Faltan negros en Segundo sol
Y como la propaganda es el alma del negocio, otra polémica aviva el interés hacia la obra. Muchos están cobrándole proporcionalidad racial a Segundo sol dada su locación: el segundo estado más negro del Brasil. El Ministerio Público del Trabajo instó a la Globo a hacer los ajustes necesarios.

Lo curioso es que hasta ahora ninguna de sus telenovelas baianas tuvo un balance adecuado en materia de colores. Mucho menos incluyó un elenco 100% local como también demandan.
~
La despedida trae otra sorpresa, pues pone los créditos por bloques - tipo serie - no corridos como en el formato de TV. El cierre tiene el típico congelamiento y efecto sonoro. Esta vez totalmente solar en consonancia con la trama.

Comentó: Antón Vélez Bichkov ©

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