El mundo color de rosa o la vida según Manoel Carlos

Mientras Cubavisión amanece con la retransmisión de Chiquinha Gonzaga (06h00) y el Canal Habana casi cierra su programación con las letales gotas de Suave veneno (22h00), el horario estelar del principal canal de la isla, que parecería más cómodo y agradecido, no es el que más ‘beneficia’ el entretenimiento y disfrute del público cubano. ¿Razones? Una sola: la dilatación excesiva que sufren las producciones exhibidas en el espacio de la Novela Extranjera, emitida sólo tres veces por semanas. Cuando la telenovela es brasileña (lo más común) y tiene un ritmo aceptable, la situación se hace mucho más tolerable, pero cuando el caso es como el de la presente Mujeres apasionadas, ahí el aburrimiento se hace patente y la decepción constante...

Parecería una paradoja, pues Manoel Carlos, su autor, sobre todo en las últimas dos décadas, se ha situado entre los autores más exitosos de la TV Globo y sus programas se han exportado a infinidad de países, con notable repercusión en cada uno de ellos. Sin embargo, Mujeres..., que sólo a partir de su sexta semana de transmisión original tuvo un crecimiento sustancial de sus ratings – y ahora, bien podemos entender por qué – ha tenido un comienzo acentuadamente moroso, dedicando más del 70% de su espacio a esas que yo llamo ‘escenas editoriales’ (las que exponen los puntos de vista del autor o presentan la infinita galería de personajes) y a reposados clips musicales, creando un clima encantador, pero somnífero y poco estimulante.



El esquema está probado: el capítulo comienza 'alto', pues viene del final emocionante del capítulo anterior. Luego de terminada esta parte, sólo blá-blá-blá y relleno, hasta que finalmente vuelven a engañarnos con una expectativa que nunca llega a realizarse. Es la estética del 'mientras tanto', tan socorrida en los culebrones, pero más bien de la mitad para el final, cuando poco o nada queda por contar...

Sea como fuere, el público sigue 'preso', la trama promete, las caras y los cuerpos son agradables y en realidad, a esa hora, no hay muchas otras opciones... Tampoco en otros espacios: convengamos que las seis de la mañana es un poquito ‘temprano’ para ver telenovelas y la cobertura del Canal 27, que emite la popular Suave Veneno, sigue siendo escasa, pues ni siquiera logra alcanzar a todo el público de la capital y la provincia vecina, debido a sus problemas de transmisión.

Así las cosas, si los espectadores de otras latitudes como la Argentina, se quejan de las ‘podas indiscriminadas’ que sufren las tramas brasileñas en sus respectivos canales, los televidentes cubanos con ésta la agradecerían... o en el mejor de los casos, el aumento de las frecuencias semanales. La última parece ser la opción menos viable, pues factores económicos y de otra índole limitan la transmisión de estos seriados más veces. Ya la edición reduciría la cantidad de capítulos que, por esas mismas cuestiones de economía, deben durar lo más posible, de ahí que tampoco sea probable, al menos a corto plazo*.

Sabemos que Manoel Carlos acostumbra a nadar en aguas plácidas, a veces plácidas en exceso, pero en esta ocasión la impresión es que se le fue la mano en la armonía y la paz social que presenta su trama, limitando sus alcances apenas a los pequeños dramas existenciales de sus criaturas, sin darle ese saborcito a realidad que durante años ha sido marca registrada de las novelas de sello Globo. Aquí hay demasiado color de rosa, demasiada sacarina y tanta miel en el ambiente, que a veces empalaga y nos pone al borde de una diabetes crónica...

Quizás fuera una estrategia, que buscaba amortiguar la sensibilidad de los espectadores para después sumirlo en el torbellino de sus intensas pasiones. Como el repertorio de temáticas polémicas era extenso, evitaba el rechazo de plano, al ir introduciendo al público de poco en el universo de situaciones límites.

También influyeron, sin dudas, el factor carnaval (la novela se estrenó justo en esta época, pleno verano austral, cuando la adrenalina se segrega por otros motivos) y el factor violencia urbana, cuya sobreexposición en las pantallas, habría generado un automático rechazo en un público saturado de acciones intensas en el diario bregar.

Las audiencias brasileñas, sobre todo a partir de los 90, por momentos, han demostrado caprichosas tendencias respaldando producciones realmente mediocres, con valores menguados y trascendencia artística y comunicativa limitadas, al tiempo que reprueban verdaderas joyas audiovisuales (véanse los casos de El rey del ganado y la miniserie Los Maias).

Pero esta lentitud e indefinición narrativa más se debe – nos parece – a una tendencia que la crítica brasileña viene apuntando desde hace un tiempo.

Hablamos de la supeditación casi exclusiva de las historias de las novelas a los vaivenes de los ratings y las masas. Así, mientras una línea argumental no se respalde absolutamente por la audiencia, se va tanteando por aquí y por allá, sin hacer demasiado hincapié en cuestiones sustantivas. Los capítulos se rellenan sin piedad alguna, creando ‘barrigas’ (como se conocen en el argot televisivo), que nacen por el exceso de escenas vacías y conversaciones estériles.

A diferencia de otras tramas de Carlos, que tenían argumentos bien definidos y una espina dorsal fuerte y atrayente, en Mujeres apasionadas se aprecia una disgregación de la atención a más de 60 personajes, de los cuales ¡6, son protagónicos!

A la Helena de esta ocasión (interpretada por Cristiane Torlone) le sobra vacilación y le faltan agallas, así como un real conflicto, pues en buena técnica su drama es bien pobre si comparado con otros asuntos mucho más transcendentes que atacan el cotidiano de la mujer de cualquier país. En apariencia lo tiene todo... casa, dinero, éxito... menos amor. Pero lo que realmente le falta para volver inquietante esta situación es un factor clave, ese ‘algo’ que hace difícil o imposible, a ojos vista, la resolución de un problema y a partir de cuya presentación es que se da el famoso ‘punto de giro’, que revoluciona toda historia novelesca. Es como diríamos en Cuba: “el pollo, del arroz con pollo”.

La Helena de Por amor (Regina Duarte) quizás vivió la más desgarradora de las disyuntivas televisivas del Brasil: ¿quedarse con su hijo biológico recién nacido o entregarlo en secreto a su otra hija María Eduarda (Gabriela Duarte)? ¿A cuál de los dos hijos debía amar más, al que acababa de dar a luz o aquella, que luego de un embarazo fallido, nuevamente había perdido a su criatura sin saberlo? La respuesta no era sencilla...

La Helena de Felicidad (la bellísima Maitê Proença) no quería revelar a Álvaro (coincidentemente Tony Ramos, cara frecuente de los folletines de este autor, desde Baila conmigo en 1981) la paternidad sobre Bia (Tatiane Goular), por cuestiones menores, aunque comprensibles a la luz de una sencilla Novela de las Seis. ¡Qué decir de la Helena de Lazos de Familia (Vera Fischer), que disputaba al mismo hombre con su hija! Sin contar la justa duda de volver a procrear con tal de salvar a ésta del cáncer...

De este modo vemos, que por ahora, Mujeres apasionadas, además de un cuadro demasiado benévolo de la supuesta vida de la clase media de Brasil, no nos ofrece más que conversaciones interminables y artificiales (¡nadie habla así en la vida real), un buen número de caritas lindas y cuerpos bien formados, expuestos de forma indiscriminada en desnudeces poco justificadas... (¡sólo, quizás, por los números del rating y por la indiscreta manía vouyerista que tenemos!) y muchas, pero muchas tomas del barrio de Leblon, al son de la ya reiterativa cancioncita de Marília Gabriela y Reinaldo Gianechini “Você”.

Los resúmenes de Internet y las noticias de la época, garantizan que viene un cambio... sólo que para nosotros, dado el esquema de transmisión actual, éste parece que demora... Nada, que las pasiones de estas mujeres ‘enamoradas’ (el significado real del título portugués), nos harán vibrar, pero no por ahora.

Coincidencia o no, pero Mujeres apasionadas no tuvo un desempeño espectacular en la mayoría de los mercados en que se transmitió. En Argentina, arrastrada por el éxito de su predecesora Lazos de familia, logró mantenerse en los 10 puntos en sus primeras emisiones, cuando el horario llegó incluso hasta los 19 en la penúltima entrega, cancaneando en los meses sucesivos, hasta su consolidación.

En los Estados Unidos, quizás debido a una labor ‘compactadora’ de Telemundo y la atemperación absoluta a los gustos de su público (véanse esa melosa banda sonora, que casi sustituye las bellas melodías brasileñas y el cambio de presentación), la trama subió de 2-3 puntos, a unos 5 y tantos, tornándose un relativo éxito para la red hispana.

En Perú, los números del estreno (más de 20 puntos), bajaron a 14 y tanto, en capítulos sucesivos y en Rusia, donde se emitió en una franja vespertina (15h00), no pudo superar las mediciones de Puerto de los milagros, naufragando en las aguas del mediodía, a donde fue relegada después de perder adeptos y share (la anterior, que salía a las 16h00 llegó a tener 4 puntos y participaciones de cuota superiores al 25%). Quizás la respuesta está en un comienzo tan soso. No todos los espectadores tienen la paciencia y el compromiso de nosotros, que somos, fans de las novelas brasileñas...

* Con todo, como Señora del destino era demasiado larga y 'amenazaba' con dilatarse demasiado en nuestras pantallas los primeros 30 capítulos tenína una hora exacta de duración, como resultado de la compactación de las primeras entregas de la misma. Así de 180, quedó en 160, bastante potable para la TVC.

8 comentarios

  1. Me gustó mucho el artículo, especialmente cuando comparas a la Helena de MA con las otras Helenas de Maneco...

    Estoy en total acuerdo con tu opinión, el papel que tuvo Christiane Torloni fue demasiado soso (aparte de esta novela no la he visto actuar en otras, y no puedo culpar a la actriz...) no sé si fue por ella o cuestión de guiones, pero era una mujer con muy poca gracia, totalmente opuesta a las otras Helenas... me habría gustado ver más a Suzana Vieira interpretando ese papel...

    Como fue una de las novelas con más elenco la trama avanzaba a paso de tortuga, faltaba un poco más de comicidad... entre las vueltas de Edwiges con el tema de la virginidad (Carolina Dieckmann) y Raquel (Helena Ranaldi) siendo golpeada vilmente por su marido el clima era un tanto depresivo...

    Sin mencionar a la pequeña Salette... pero prefiero omitir comentarios ya que no sé que tanto avanzada está la trama...

    Ahora en Argentina están emitiendo totalmente destrozada a Páginas de la vida que parecía una excelente producción... realmente no es factible preferir ver una producción así de recortada aunque tampoco es muy agradable verla solo tres veces a la semana, lo digo porque acá pasaron a emitir Belíssima solo los sábados y domingos...

    En fin... gracias por tu opinión, muy buena nota!!

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  2. Gracias por tus comentarios! Los míos, quizás quedaron un poco largos, pero bien, espero sepan ser indulgentes conmigo... Obviamente no apoyo que se masacre ninguna novela, pero a veces una buena recortadita vale la pena... Como hicieron aquí con Las aguas mansas, que la dejaron en 40 capítulos de 90 minutos cada uno... Se dio lo básico, se quitaron las partes sosas y se transmitió a las 3 de la tarde los veranos y fue un fenómeno! ¡Hasta el Nuevo Herald de Miami habló de eso! La gente se iba del trabajo a verla... Mientras, por la noche, ponían la insoportable Idade da Loba (Amigas para siempre en esp.). ¡Un horror! Pero por lo que veo "Páginas..." fue 'podada' por la Globo, ya que de 200 y tantos, la dejó en 120... ¿será porque se dieron cuenta que ese ritmo no había quien lo aguantara?

    "Suave veneno" es todo un milagro, en Brasil dicen que era muy aburrida, pero para mí está fantástica MUY NOVELA, eso sí.

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  3. Seguramente Suave Veneno está muy buena. En mi caso, prefiero mucho a Aguinaldo Silva que a Manoel Carlos porque me parece más creador de "emoción", es decir, de enfrentamientos entre actorazos, enredos y demás. Manoel Carlos apunta mucho más a la sensibilidad y a los problemas cotidianos... es, digamos y sin querer generalizar, más apuntado al público femenino.

    Lo que pasa es que en Brasil siempre son más exitosos estos dramones de Maneco que varias de Aguinaldo Silva como Puerto de los milagros, Suave Veneno que no fueron exitazos impresionantes (si bien, siempre a la lideranza) como lo es ahora Duas caras que es una novela espectacular.

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  4. Tavigno, sinceramente si al menos todo ese bla-bla-bla de Manoel Carlos, tuviera la fuerza que le imprime A. Silva a sus criaturas, MA sería más potable, aunque supiéramos que todos estos 'talk-show' que arman los personajes, que comienzan a DISCURSAR sobre las supuestas temáticas polémicas, casi siempre desde el punto de vista del autor, son absurdos! En SV hubo un diálogo entre Eleonor y Waldemiro (respestivamente Irene Ravache y José Wílker), que duró como 8 minutos! ¡Pero qué diálogo, había tanta verdad, tantos matices, uno conseguía sentir lo que sufría aquella mujer, abandonada durante 8 años por su marido y toda esa frustración...! Por ahí hay un diálogo entre Teo y Helena, que en poco podremos ver... Dura muchísimo y se pone interesante conforme avanza, pero siempre con ese mismo aire de artificialidad... Parecen muñecos diciendo cosas... no gente de carne y hueso. Manoel C. dice que en sus tramas nadie sale volando por los aires, como criticando la fantasía de otras novelas, pero por otro lago se va al otro extremo del ensueño... que es una sociedad casi perfecta, con mucha belleza gráfica y externa, con bastante más armonía que en realidad tiene y con unos valores que sólo existen en la mente de él. Conociendo todo el universo ideológico del autor entiende porqué todo esa bossa nova, ese recuerdo de los tiempos idos... ¡Son los tiempos de cuando MC tenía 30 años! Ahora con 70, el vive el 'saudosismo' y como no le agrada el universo circundante, trata de rescatar - algo inútil, pues la vida avanza - lo que alguna vez fue... y tampoco fue tan unilateral. Casi siempre las telenovelas enfocan a las clases altas... pero cuando estas clases viven pasiones humanas, universales, uno puede aceptar esa parcialización, porque además, casi siempre se remarca que ese status es excepcional, no el convencional... porque siempre se busca la ascención (esa es la ideología de la casa: no serán las Marías lloronas y virginales, pero sí se hace mucho énfasis en el cambio de status, siempre se sube... ya sea por la ambición, ya sea por esfuerzo, ya sea por matrimonio). Sin embargo, si tú ves a MC, la pobreza es puntual, mientras que la abundancia y la opulencia lo usual. Todos son ricos, bellos y famosos... los pobres, bueno, tiene sus microconflictos, de hormiguitas, insignificantes... cuando la proporción es totalmente contraria. Como siempre decían en la Globo: al pobre le gusta ver lujo, perfecto, a mí me encanta... Pero a estas alturas hay que variar un poco el enfoque, justo porque se trata de alcanzar mayor variedad de pública e identificarlo con la trama. MC, trata de diversificar, pero SÓLO dentro de la presunta clase media. En su caso no hay ascenso, todos ya están ahí... y por eso la linealidad. En fin, son ideas, quizás algo dispersas, pero es una cuestión para analizar más... Lo objetivo es que aunque en Río la novela saltara para los 50 puntos casi de inmediato, en SP, demoró mucho en despegar... No fueron seis semanas como erróneamente dije antes, sino casi 8, es decir casi dos meses, dos meses en que no sucedía nada y todo era el converseteo... y ahí cuando sobrepasó lo 40 puntos (bajísimo para una novela de las 8 y más en la época), sólo llega a los 45, algunas semanas después y ahí es que comienza, me imagino, la parte intensa...

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  5. En Cubavisión transmitían "Siete mujeres"? Porque creo que tuve ese canal por un tiempo, en el cable...

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  6. Sí Tavigno, "7 Mujeres" se transimitió y con bastante éxito... Fueron tres miniseries seguidas, pues las novelas resultaban demasiado largas para las 2 veces por semana que llegaron a poner las extranjeras. Con "Señora..." se volvió al viejo esquema, pero ahora, queriendo potenciar el producto nacional, invirtieron la frecuencia y ahora a "Mujeres apasionadas" le toca salir los sábados, cuando obviamente la gente la ve menos...

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  7. Bueno, mi comentario esta un poquito retrasado pero necesito dividir mi opinión: yo, personalmente, me identifico completamente con las telenovelas de Maneco. Mucho pero mucho y por eso me encantan tanto. Si, soy de clase media alta y vivo en Leblon, quizas sea por eso, pero decir que estoy no estoy de acuerdo que sus telenovelas sean sureales: no la son, retratan una parcela pequeña de la populación brasileña que yo me siento COMPLETAMENTE IDENTIFICADO y lo digo en serio, eh?

    Además, no es verdad decir que la telenovela no fue un exitazo en Brasil. Si, lo fue. Tuvo más de 50 puntos en casi todos los capitulos, tuve ratings altisimos en Vale a Pena ver de Novo (casi lo mismo que Señora del Destino), fue la tercera telenovela brasileña de la historia en aparecer en la portada de la revista Veja, la más importante del país (la primera fue Pantanal en 1990, la segunda Lazos de Famíla en 99, la tercera Mujeres Apasionadas en 2003 y la cuarta Señora del Destino em 2005) por su gigantesca repercusión en el país y su banda sonora fue el CD más vendido del año en el país y el último album a ultrapasar el 1 millión de copias vendidas.

    Aunque no tenga la misma opinión, el articulo y el site como un todo me parecierón buenisimos. Y perdon por el español, soy de Brasil ;D

    saludos

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  8. Solo hago una corrección: no fue la tercera telenovela a aparecer en la portada de Veja, sino la séptima.

    http://veja.abril.com.br/arquivo_veja/novelas-roque-santeiro-pantanal-carrossel-rei-do-gado-mulheres-apaixonadas.shtml

    Pero Veja solo dedica portadas a telenovelas que son enormes fenómenos sociales, como en el caso de Mujeres Apasionadas.

    Además, no sé como fue la banda sonora en la versión hispana, pero acá en Brasil fue un exitazo principalmente las canciones de Renato Russo y de los Tribalistas ("Velha Infancia") que sonaran sin parar en los radios.

    Y bueno, reitero que no coincido con nada que la telenovela no tiene un aire real. Para mi, todo lo contrario, tiene un gran aire de realidad y el Leblon, en mi opinión, fue reflejado muy bien. Por supuesto que eso es la vida de una parte ínfima de la población y por supuesto que fue mucho glamorizada pero creo que la esencia es muy similar.

    saludos

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